Después de unos años de espera, el supergrupo canadiense Broken Social Scene regresó este 2019 con la primera parte de su EP Let’s Try The After. Vol. 1, y ahora, pocos meses después, llega la esperada segunda parte. Con cinco canciones y poco menos de 20 minutos de duración, Let’s Try The After Vol. 2 es una continuación sin llegar a ser igual.
“Memory Lover”, la primera canción, es sin duda una introducción al resto de ellas. Completamente instrumental, empieza con un aire de paz y tranquilidad, y poco a poco se va transformando con sonidos más eléctricos. Después de esta pequeña entrada, seguimos con “Can’t Find My Heart”, la cual tiene mucho más marcado el estilo de álbumes pasados de Broken Social Scene, así como animada y fácil de bailar gracias a los sintetizadores y las guitarras.
En “Big Couches”, la voz se nota perfectamente bajo los efectos de un Auto-tune bastante curioso, que le da un aire bastante distinto al estilo de la banda, un aire que no puedo terminar de decidir si es beneficioso, o se separa demasiado a la línea de ambas partes del EP e incluso del colectivo.
El homónimo del disco, “Let’s Try the After”, es un tema mucho más tranquilo e incluso nostálgico, posiblemente es el que hace más sentido con el objetivo del EP, que, como menciona la banda, “Let’s Try the After se trata de perseverar para superar los obstáculos de la vida, como la enfermedad, el suicidio, es ascenso, el amor, la muerte, la traición, el dolor, la alegría, el sexo, la comunicación las batallas y divisiones que debemos de pasarlo y empezar a construir de nuevo.”
Los instrumentos y la calma de las voces te llevan a pensar en todas las cosas que has experimentado y que finalmente te hacen quien eres, y después, toca seguir adelante para empezar a crear cosas nuevas. La quinta y última obra es “Wrong Line”, que cierra de manera muy coherente con esta segunda parte de lo último de Broken Social Scene, sin embargo, continúa siendo una recopilación de canciones que llega a parecerse a lo que alguna vez hicieron, pero que ahora toma un rumbo diferente.
Es difícil encontrar una relación directa con la primera parte de Let’s Try the After y parecieran dos proyectos completamente distintos, excepto por el notable amor a los detalles y la versatilidad característica. Aunque llega a tener esos sonidos clásicos y cálidos de la banda, la parte instrumental se siente ligeramente más floja a lo que estamos acostumbrados a escuchar de ellos.
No obstante, no podemos catalogarlo como un mal EP, sino que es distinto a lo que estamos acostumbrados y eso también es bueno; estamos escuchando nuevos sonidos, una nueva etapa de la banda que después de tanto tiempo sin música, se está reinventando. Claro que nos hubiera gustado escuchar más percusiones excitantes y guitarras estremecedoras, pero para eso tenemos los discos pasados, Tal vez es hora de esperar con ansia lo próximo de Broken Social Scene y mientras tanto, apreciar las dos partes de Let’s Try the After.
