TXT: Verónica De La Mora
Foto Destacada: Cortesía de la banda
Carmen Costa es una banda que logra captar la atención desde el primer acorde de guitarra, que lleva consigo ritmo y dinamismo con un estilo que se puede acercar al punk, cargado de ondas groovy. En esta ocasión el grupo está de regreso con el sencillo: “Cien Años”, después de su último álbum lanzado en 2017, Rolo.
Tras una serie de giras por Estados Unidos, Argentina, Colombia, Brasil y Europa, la banda busca reconectar con sus fanáticos mexicanos en este 2020. Para platicar acerca de su nuevo sencillo, el regreso al estudio a grabar su próximo álbum y la conexión con su público dentro y fuera del país, platicamos con el vocalista de la banda, Manú Charritton.
Revista Kuadro: acerca de este nuevo sencillo, ¿cuál fue el concepto que retomaron?
Manú: La canción de “Cien años” cuenta un poco sobre el egoísmo que todos cargamos. La podemos interpretar de diferentes formas, por un lado a nivel musical, que es bastante poderosa y muy enérgica (…) Habla un poco de este frenesí que se vive en la vida diaria de la ciudad, que nos lleva al egoísmo, pensar en nosotros mismos y querer salirnos con la nuestra.
RK: La banda tuvo un periodo de pausa antes de regresar al estudio a grabar ¿Cómo fue este regreso a escribir?
Manu: durante uno de los tour en Europa empezamos a concebir hacia donde debía ir el sonido de la banda y demás canciones. En 2019 comenzamos a juntarnos a componer, hicimos un cambio bastante fuerte en la manera de trabajarlo, basándonos en investigaciones musicales del sonido que venía para nosotros y agarramos una playlist de canciones que nos parecían muy inspiradoras.
Por lo general las canciones las componía yo, y hacíamos jams, como tocar con un mood musical sin letra y en función a ellos ir construyendo las canciones pero ya con esa energía particular que le estábamos imprimiendo.
RK: Este nuevo álbum lo están trabajando de la mano de Henry D’arthenay (La Vida Bohème) ¿Cómo ha sido este colaboración?
Manu: Henri es el vocalista de La Vida Bohème de Venezuela, para empezar es un gran amigo desde que llegó a México (…) Me gusta trabajar en confianza con la gente, sentir que puedo abrirme de manera natural, estar con gente que son amigos me da esa linda sensación. Creo que nos conectamos muy bien ahí. En este camino, lo que venía era mantener este sonido de guitarras pero quitarle un poco de lo áspero y darle un poco más de brillo.
Queremos que Carmen Costa pueda llegar a los oídos de mucha más gente y a veces tiene que ver con un sonido un poco más limpio. Estamos intentando reconectar con México porque han sido casi 5 años de tour en el exterior.
RK: Acerca de este sonido que mencionas, ¿en qué géneros o bandas se inspiraron?
Manu: Hay algo como de post-punk, un sonido como las bandas de rock con guitarras pero con Groove también. De repente cosas The Rapture, de repente cosas más tiradas a LCD Soundsystem, ¿sabes? Entonces de repente es tener el feeling de las guitarras con el Groove y el baile, luego conectar a un lado más soul también. Es como esa conexión entre una banda de guitarras pero que cuando la ves en vivo te dan ganas de mover los pies y bailar un poco.
RK: Sobre la conexión con su público, ¿cómo es esta relación con sus fans dentro y fuera de México?
Manu: Esa conexión es algo que lo vas entendiendo con las giras porque, hemos tenido la suerte de tourear fuera del país; hemos tenido seis giras por Europa, hemos ido a Estados Unidos, Colombia, Brasil, Argentina y en esas giras te encuentras con muchísimo público nuevo y habrá gente que conozca a la banda. Con el tiempo lo que fuimos logrando conectarnos con gente desconocida. Nos acostumbramos a tocar para cualquier persona pero que cuando acabara ese show el público se comportará como un fan nuestro desde hace años.
Carmen Costa genera un gran ambiente dentro y fuera del escenario a partir de un sonido rudo que no pierde el encanto del baile, cambiando la fórmula en la que se hace rock hoy en día. Con su “Cien Años”, la banda se prepara para mostrarse ante el público nacional como una propuesta firme en la que lo más importante es hacernos vivir la fiesta de un concierto de rock.