Tomarse el tiempo para mirar atrás es un signo de sabiduría. Podría parecer que alguien que siempre ha vivido y creado con rapidez y desmesura está destinado a llevar esa cruz consigo; esto pensé cuando me enteré de que Robert Plant, aquel vocalista vigoroso y contestatario de la aún más contestataria y explosiva banda Led Zepellin, había sacado un nuevo álbum. Aunque se trate del onceavo álbum del cantante inglés, Carry Fire representa la segunda entrega del proyecto que lleva con la banda de apoyo Sensational Space Shifters; si bien no aparecen acreditados como tal, es notable su parecido con Lullaby and… The Ceaseless Roar (2014), disco debut de esta etapa.
La rudeza y vitalidad de Plant no han abandonado su voz. No se escucha cansada, por más que el hombre que la porte haya sucumbido a las pruebas que el tiempo pone al cuerpo humano. Sin embargo las once canciones que conforman este disco no terminan de explotar, no sucumben en un frenesí, aun cuando «Bones of Saints» tenga un riff retador y «Bluebirds Over the Mountain» un inicio retador. «The May Queen», canción con el que empieza la placa, es el único sencillo que se desprendió de Carry Fire; es una balada con tintes al country por la implementación del banjo en los coros y el violín en los encores pero lejos está de representar el mensaje de los demás temas.
Hay calma en los tracks siguientes; silencios dignos de una escena de melancolía, como si el personaje viera a través de la ventana del automóvil en un día lluvioso y en la radio sonara «New World», «A Way With Words» o «Season’s Song», pero la mejor lograda de todas es «Dance With You Tonight», pues en ella se refleja la sinceridad de un amor que tiene una última oportunidad de estar juntos. Es como la segunda parte de «A Stolen Kiss», tema de Lullaby…
La más prendida y que declara un amor incondicional al rock and roll es «Carving Up the World Again… a…», pero hay otras canciones más experimentales y que hacen sentir cierta incomodidad, tal es el caso de «Keep It Hid», es como un peligro al acecho. Así como el misticismo con este proyecto se plasmó en «Up on the Hollow Hill (Understanding Arthur)» en el primer álbum, en Carry Fire es su canción homónima la que aporta rasgos orientales, por su cítara y la percusión reiterativa.
Carry Fire no es un álbum para andar rápido. No es el soundtrack que se hizo para ir a toda velocidad, sino un mirador para contemplar el atardecer o para acostarse en el pasto y ver cómo la luz del sol se filtra entre las copas de los árboles. El tiempo transcurre lento mientras se escucha a este Robert Plant, que se nota en paz consigo mismo y su obra