Por: Andrea Lea
En realidad, Nicolas Jaar nunca se fue. Desde el 2016, año donde estrenó su disco Sirens, estuvo trabajando en distintos proyectos alrededor de todo el mundo. Entre ellos destacan colaboraciones con FKA twigs para MAGDALENE y The Weeknd. Entonces, el regreso de Jaar marca una etapa completamente diferente a las sensaciones atmosféricas de su último disco; pero es, sin duda, un resultado excelente que combina introspección, experimentación y una increíble producción.
Jaar es compositor y productor, chileno-estadounidense, rústico y electrónico. Su sonido tiene muchos atributos pero el único género que sirve para delimitar su música es el mundo electrónico. El hecho de que su trabajo sea característico de ese género ocasiona un cuestionamiento de la capacidad de transmisión que tiene la música electrónica.
La respuesta está en las sensaciones que produce su música y —aunque depende totalmente de la percepción subjetiva de cada individuo— en realidad, la conexión que logra Nicolas Jaar, va más allá de los ambientes, de las letras e, incluso, de la música tonal.
Antes de liberar y exponer Cenizas, su último disco, el músico compartió en su página oficial el contexto bajo el que había creado el álbum. Comentó que se fue a algún lugar recóndito a pasar una cuarentena voluntaria sin alcohol, cigarros ni cafeína. La intención del encierro era purificarse y alejarse de sus demonios pero, según comenta, el resultado no fue lo que esperaba.
La negatividad se planteó como una constante en su proceso creativo y finalmente vio reflejada en fragmentos sonoros que podemos escuchar en su otro proyecto Against All Logic. Mientras el disco 2017-2019 de Against All Logic se plantea como un reflejo de oscuridad, Cenizas se propone como el camino para salir de ella.
«Quiero que esta música sane y ayude a pensar en preguntas difíciles sobre uno mismo y la relación de uno con el estado de las cosas.»
-Nicolas Jaar página oficial, 2020
Los elementos de cada una de sus canciones están perfectamente planeados: todos los detalles técnicos, los cambios de escalas, las modulaciones, cada cuerda y cada suspiro son parte de una fusión con objetivos marcados.
En «Garden», por ejemplo, juega con las escalas mayores y menores mientras nos sumerge en la que es, probablemente, la melodía más tonal del disco. Y también hay piezas como «Gocce» y «Xerox» que se componen de un movimiento constante entre el caos y el orden.
Cenizas ofrece un recorrido sonoro totalmente exploratorio que comienza por sumergirnos en ambientes que no tienen ni pies ni cabeza; sino que más bien son la imitación del conflicto interno del ser, sus planteamientos existenciales, sus interrogantes y la desorientación que viene con el conocerse a uno mismo.
El diseño sonoro es una de las grandes virtudes de su producción y la mezcla de texturas está tan acentuada por la psicodelia como por la atonalidad de algunos elementos. No hay ninguna canción que pudiera presentarse como un single pero la cohesión entre cada un de las piezas está bien lograda aún con lo distintas que pueden ser una de la otra.
Este disco es una invitación a cada uno de nosotros para realizar un recorrido interno con el propósito de sanar. Ni peyote ni mariguana, Nicolas Jaar es el acompañamiento perfecto para emprender este viaje personal.
¡Te dejamos el disco y esperamos tus comentarios en redes!