Por: Axel Avila
Han pasado casi dos años desde la muerte del rapero oriundo de Pittsburgh, causada por una sobredosis accidental de drogas. La noticia sacudió al mundo de la música, sobre todo porque un mes antes del suceso lanzó Swimming, su disco más aclamado y dónde mostró una evolución musical notoria. Pese a que todos pensamos que ese sería el último trabajo de Miller, estábamos muy equivocados.
Circles llegó cuando nadie lo esperaba. Un disco introspectivo y melancólico que funciona como un complemento de su trabajo anterior, en el cual sigue enfrentando a sus demonios internos, pero esta vez encontramos aires de esperanza y mejoría, como si el rapero hallara la luz entre tanta oscuridad.
El álbum comienza con la canción que titula al álbum, una pieza que tiene como protagonista la ronca voz de Miller que canta sobre no tener una dirección en la vida y estar atrapado en un ciclo sin fin. Funciona como la continuación de “So It Goes”, que cierra el Swimming. Desde el principio podemos percibir que el rap quedaría de lado para dar paso a un sonido más apegado al soul.
Por otra parte, “Complicated” nos absorbe con un ritmo de sintetizador frenético y una lírica que hace hincapié sobre las complicaciones con las que vivimos día con día. La presión por el futuro consume a niveles insospechados, por eso Miller escribe acerca de vivir el presente y dejar de preocuparnos de vez en cuando. Este tema da pie para que aparezca “Blue World”, la primera canción en la que escuchamos al artista rapear, sobre un instrumental en colaboración con Guy Lawrence, integrante de Disclosure.
“Un proceso que no tiene un camino claro” escribió la familia del rapero a través de una carta que se publicó en redes sociales. Esto toma fuerza cuando escuchamos “Good News” y nos sumergimos en ritmos totalmente distintos a los de anteriores canciones. Los sentimientos negativos oprimidos a causa de la gente funcionan como tema central, dejándonos ver los pensamientos más profundos de Miller.
A partir de esta canción el disco se vuelve cada vez más melancólico y desgarrador en todos los sentidos. “Everybody” y “Woods” son el claro ejemplo. Ambas nos engloban los procesos de terminar una relación junto con todas las problemáticas y aprendizajes que esto conlleva. Los acordes relajantes y la presencia de una batería suave hacen la mancuerna perfecta para tener una atmósfera conmovedora.
La reflexión de Circles continúa con “Hand Me Downs”, una canción con una gran influencia musical de álbumes pasados. Vale la pena ponerle especial atención a la voz del rapero australiano Baro, puesto que aporta una dulzura a los coros que terminan por ser el diferenciador.
A partir de esta canción el disco sufre una caída plagada de monotonía, en donde los recursos instrumentales y líricos comienzan a ser escasos. Pese a esto, “Once a Day” funciona como un gran cierre ya que abarca los sentimientos y cuestiones que abordan el álbum como concepto.
Este álbum póstumo es una visión clara de los últimos pensamientos personales y musicales que tuvo Miller. Una despedida sincera que deja una sensación conmovedora, en donde el artista aclaró su mente, plasmó sus sentimientos más profundos y logró una liberación interna.
Escucha Circles aquí.