Fotografías: Alejandro Servín
Todavía unos rayos de sol pegaban en la fachada del Esperanza Iris cuando, en su interior, ya sonaban las primeras estrofas melosas de Lúa, una agrupación que embonó perfectamente para iniciar la noche con sus dulces, aunque movidas, canciones, entre las que destacaron “Tú, mi sueño”, “Pensando en ti” y la más que amorosa, “Estrella Fugaz”, un himno para aquellos quienes el amor de su vida se les escurrió entre los dedos.
El trío logró animar a un público mayormente adolescente, que aunque no conocían a la banda o no sabían sus letras, no fueron impedidos de acompañarlos con sus gritos y aplausos. A los pocos minutos de haber abandonado el escenario, la gente empezaba a ondear banderines de Comisario Pantera que la banda tuvo a bien regalar a cada uno de los presentes.
Antes de que sus fans se impacientaran, el gran telón del Teatro de la Ciudad se abrió y entre gritos realmente ensordecedores apareció en un escenario estilo escolar el gran Comisario Pantera. Sin perder el tiempo, la banda disparó, una tras otra, las canciones que la ha consolidado como una de las favoritas entre el público mexicano. Vestidos de negro y con chamarra de cuero, el cuarteto interpretó “No me digas más” y “Noches de luna”, las cuales fueron no coreadas, sino cantadas principalmente por su enérgico público.
Tras jugar con las emociones de los presentes sobre la posibilidad de que Luis Humberto Navejas saliera al escenario para interpretar con ellos esa canción que prácticamente no puede ser cantada sin el vocalista de Enjambre, dieron inicio con “Murasaki” y a mitad de su ejecución sucedió lo que todos añoraban: sin introducción alguna, la voz de Navejas se escuchó de fondo y en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba entre los integrantes de Comisario Pantera, lo que provocó los gritos más poderosos de toda la noche.
“Nada es fácil”, “Cada vez que mientes” y “Sofá” fueron otros de los temas que el cuarteto regaló a sus seguidores, quienes en ningún momento bajaron los ánimos. Niños, señores y, como de otra forma no podía ser, adolescentes se mostraron de lo más entusiastas en cada una de las piezas interpretadas esa noche. “Tenemos tanto que decirles, pero tantas canciones que cantarles”, dijo el vocalista Darío Vital, a quien de verdad se le notaba la felicidad de poder haber repetido un Esperanza Iris después de ocho años.
Luego de retirarse del escenario unos minutos, momento en el que éste fue adornado al estilo de “Éramos adolescentes”, el cuarteto regresó a la acción con sus ya características chaquetas rojas de Comisario Pantera, lo que les dio un aire más fresco, e interpretaron ese sencillo que le pegó tanto a quienes atravesaban por esa etapa de su vida, como a quienes la añoraron esa noche.
Para olvidar un poco los tragos de desamor, Piojo, baterista de la banda, dejó las baquetas para revivir con su voz una pieza de antaño: “El peatón estaba muerto y el semáforo lloraba”, un clásico de una de las influencias de la agrupación: Los Tepetatles.
Las sorpresas no habían acabado y fue el turno para que Mauricio Durán saliera con su guitarra a tocar el nuevo material que produjo para Comisario. De esa manera dieron inicio con “Otra vez”, y como no iban a desperdiciar la oportunidad de tener a un exintegrante de Los Bunkers tocando junto a ellos, se siguieron con una forzosamente movida interpretación de “Johnny B. Goode” de Chuck Berry.
Así como hubo invitados de grandes bandas tanto nacionales como extranjeras, Comisario también se dio la oportunidad de compartir escenario con una de las propuestas mexicanas que más están ganando terreno en la escena: Marco Mares, con quien cantaron “No hagas caso de la gente”.
Para “Perfecta”, la agrupación invitó a sus amigos-como llamó a los presentes- a iluminar el Esperanza Iris con sus celulares y la respuesta fue tal que se hizo de día en el recinto. Vinieron las clásicas “Como la vez primera”, “No es por ti” y finalmente Comisario Pantera se despidió con la gran “Amiga”, lo cual desató una verdadera locura entre su público, a quienes les aventaron algunas flores mientras se marchaban del escenario.
Con bastante material adicional al de su presentación hace ocho años en ese mismo lugar, Comisario Pantera demostró cuánto ha crecido y cambiado, sin embargo, el ánimo de sus seguidores fue otra vez como la vez primera.