Son como una reunión familiar. Los festivales están llenos de extraños entre sí, pero, no es muy alejado de la realidad, acuérdate de tus primos lejanos, o del típico –tío– borracho; medio molesto, pero que cae bien, los bebés chillones; equivalen a los que se quejan de los empujones y los gritos, ok, quizá en tu familia jamás avienten vasos con “ya sabes qué”, pero casi siempre, alguien lo hará todo mal y en un festival es más o menos así…

“Es que no alcanzo a ver, cárgame por favor”

Son las palabras de alguien dispuesto(a) a escuchar mentadas de madre, usar su espalda como escudo de vasos, limones, o cualquier basura que se tenga al alcance y por supuesto, a ser un estorbo para todos los que están atrás. No es intolerancia, es que todos pagamos por ver. Y si tú eres el alto que no deja ver, sé buena persona y deja que pasen.

Si te enseñaron a ir al baño, ¿no?

Entendemos que los sanitarios portátiles sean un asco, pero la mayoría de los espacios tienen baños fijos, sí, como los de tu casa y esos no los ensucias a morir, ¿verdad? Es fácil bajarle y tirar tu basura en un bote, así como es fácil cerrar bien las llaves para no desperdiciar agua. No podemos culpar siempre a las personas de limpieza. Si nadie te enseño, aquí te dejamos este útil tutorial.

Tampoco podemos culpar a alguien que va a un festival a bailar, gritar, y sí, a empujar

Está dentro de la lógica, lidia con ello, y si no puedes, por fortuna existen las gradas, tus quejas sobre asistentes divirtiéndose o que intentan llegar cerca del escenario es inválida, y triste. Si no puedes contra tus enemigos, úneteles.

Con esas fotos nunca serás Toni François II

Hay conciertos donde tomar foto/video está totalmente prohibido, cosa que creemos es totalmente exagerada, está bonito llevarse el recuerdo para «el instagram» o lo que uses, pero, ¿¡en serio!?, ¿todo el concierto vas a tener las manos levantadas tapando visibilidad a los demás? Por favor, no. Y si lo haces reconócelo como este agradable usuario que grabó a ¿Mon Laferte? y además, en vertical.

Ni el metro, ni un concierto son lugares para dar “arrimones” o robar

Respeta a las personas. Y si eres testigo de un acto así, trata de evidenciar el hecho y recibir apoyo de los espectadores, posteriormente de las autoridades. Merecemos sentirnos seguros.

Cada persona vive los festivales a su manera -eso no quita que haya cosas horribles-, y sí, podríamos decir que al final la música nos junta cual familia feliz y unida, pero, para no tener una experiencia del tipo “qué pena, nuestra historia pudo ser fantástica” (obvio, nos subimos al mame de LuisMi) te pedimos, que no seas uno de estos incómodos personajes.