Fotos tomadas de la página oficial de Facebook
El reconocido músico, productor y arreglista Camilo Lara incursionó una aventura hacia Estados Unidos, Jamaica y otros países para encontrarse con nuevos sonidos y poderlos implantar en un discográfico, de ello nació Disco Popular, el más reciente de Instituto Mexicano del Sonido.
«Hice un disco que es un viaje sonoro por Latinoamérica, en sus pistas de baile y ver las coincidencias que hay en Panamá, Jamaica, Estados Unidos y México»
IMS (Instituto Mexicano del Sonido) se ha caracterizado por exponer producciones de muy alta calidad, con letras frescas y fáciles de digerir. Sin embargo, también en su repertorio aparecen temas con tinte político, y en éste disco temas como «Rebel» y «Not a Rebel (Margaret Thatcher)» los considera con un discurso político.
«Éste disco lo escribí con ukelele y samplers (el solitario); después fui con mi ukelele a tocar con todos los músicos, entonces viene de lo que ya hacía que es música electrónica. Aprendí a trabajar con otros músicos […] Me entusiasmaron otras cosas, tal vez antes me gustaban el danzón, chachachá y mambo. Ahora entendí más el dembow, el reggaetón y la música caribeña»
Hablando sobre el arte del disco mencionó que se basó en las paleterías mexicanas, si bien al imaginar una paletería tradicional mexicana, el listado de los sabores de las paletas están como lo quiso representar en la portada del disco.
Uno de los objetivos del disco «era buscar colaboraciones que me dejaran varios sabores, por ejemplo en la canción ‘Pa la Calle» en colaboración con Lorna —algunos de ustedes lo recordarán con ‘papichulo’— me parecía increíble y me gustaba que el disco supiera a eso: a la calle, al barrio».
La búsqueda del disco era encontrar esa sensación, encontrar coincidencias en los sonidos donde se proyectara una pista de baile quien Camilo Lara dominó como «el lugar democrático», donde cualquiera pudiera bailar. Finalizó con la convicción de que Disco Popular es un pastel de mil hojas, donde ritmos y sonidos de diferentes países de Latinoamérica fueron los encargados de darle forma al material.
Respecto a su participación en la película de Pixar, Coco, comentó que le llevo seis años en conjeturar las pistas, las canciones y los sonidos que fueran participas del largometraje, y en ellas se viera reflejada la cultura de nuestro país. «Fue un proceso muy largo, todo un proceso de investigación. Conseguir a los músicos y luego grabar; hacer otras canciones y luego grabar otras. No es que Pixar estuviera trabajando diario, cada 2 o 3 meses nos citábamos. Todo ese trabajo se ve reflejado en la película», concluyó.