Fotos por Diego Vigueras
Hace diez años una banda en España estaba a punto de dar todo de sí. Dorian emergió como una de esas bandas que empezaron a hacer ruido en Europa y que pronto empezaría en México y demás países.
Poco después de eso y de varios disco de estudio, giras, nuevos y viejos amigos que iniciaron con ellos, se vieron marcados por una energía que dentro del ámbito musical se veía bien, autentico y sin igual. La falta de confianza no entraba aquí.
Después de todo eso, Dorian anunció que diez años de carrera se decían fácil y para demostrar el amor y la gratitud emprendieron una gira «10 años y un día» con un disco recopilatorio y una nueva canción. Además, llevaron esa gira por varios países donde incluían a México como cierre de la misma gira.
El lugar elegido fue el Lunario del Auditorio Nacional, un centro donde los conciertos son demasiado íntimos y que con un sold out, prometían hacer de esa fiesta la verdadera razón por la cual ellos seguían. Aún vigentes y únicos en la actual escena que cada día exige más y más.
Para iniciar la noche, escogieron que Love La Femme abrió su concierto. Algo que —siendo objetivo— no tenía nada que ver con Dorian y que lejos de sorprender, a más de uno pusieron a platicar mientras ellos tocaban. No digo que su propuesta sea mala, implemente no encajaban en la atmósfera sonora que estaba por avecinarse. Dejaron huecos y muchas ganas de no volver a verlos.
Con el lugar atiborrado y con mucho calor, la gente y público que sigue a Dorian por mucho tiempo estaban enérgicos, con todas las energías puestas y con unas expectativas elevadas como si la agrupación no hubiera pisado tierras mexicanas por varios años.
«Los Amigos Que Perdí» fue la canción con la cual nos entregaron cosas intangibles y que muy cerca de tenerlos cantándonos en los oídos, pudimos ver que el alma de Dorian estaba fresca y vigente como siempre supimos.
La gracia y el amor que ellos tienen por nosotros hacen que sus shows sean de muy lejos, de algún lugar que no es y que no existirá. Canciones como «La Noche Espiral», «Tan Lejos de Ti», «Estudios de Mercado» fueron pocas de las canciones que decidieron sacar de los más olvidado del repertorio que pueden tener. Gracias a ellos se vivió lo esperado, una noche de sorpresas y de cosas que quisiéramos siempre escuchar.
«Pasarán los Años y Te Recordaré» es así como sus letras, podremos decir que más adelante cuando cumplan más años podremos recordar conciertos como ese. Después de mantenernos frescos, Dorian compartieron canciones como «El Temblor», «La Mañana Herida», «Soda Stereo», «Corta el Aire», «Verte Amanecer», «A cualquier otra Parte», «Arrecife» y demás que solo ellos saben hacer una cadena de ilusiones llenas de cariño y blancas cual pureza puede existir.
La pureza, la singularidad y la paciencia con la que se entregan es única y aunque no hayan traído nuevas cosas, Dorian nos da un show (in)tangible que por el resto de lo que queda del año podremos recordar con una sonrisa en la cara. Ojalá regresen pronto para que podamos decir «Quiero que vengan conmigo, a cualquier otra parte», y es que en verdad lo valen. Nos merecen como piezas únicas en su camino que se ve marcado por amor, energía, pureza y estabilidad emocional
