The Fray, la banda que nos enseñó a sobrevivir con el corazón roto, llega por primera vez a la Ciudad de México para presentar su How to Save A Life: The 20th Anniversary Tour, un show íntimo e inolvidable que tendrá lugar el próximo 4 de octubre en La Maraka. El escenario se convierte en una máquina del tiempo para revivir la emoción de una época donde las canciones hablaban por nosotros, cuando el piano era el grito suave del alma, y la melancolía tenía nombre y apellido.

Corría el año 2005 cuando una canción surgida desde las entrañas de Denver, Colorado, comenzó a colarse en las estaciones de radio, las playlists adolescentes y los episodios más emotivos de series como Grey’s Anatomy o Scrubs. How to Save a Life, escrita tras la experiencia de un mentor que intentó rescatar a un adolescente en problemas, se volvió un fenómeno global. Era más que un éxito: era una plegaria moderna, un intento desesperado por entender cómo se pierde a alguien que aún sigue aquí.
Detrás de esa sensibilidad estaba The Fray, liderados por la voz cálida y temblorosa de Isaac Slade, el piano como columna vertebral de sus melodías, y letras que no temían adentrarse en el duelo, el perdón, la culpa o la esperanza. Su primer álbum fue un golpe certero al corazón del pop alternativo: How to Save a Life se convirtió en triple platino, vendió millones de copias y los puso en el mapa de las bandas más influyentes de mediados de los 2000. Canciones como Over My Head (Cable Car), Look After You o All at Once terminaron de construir un imaginario emocional donde muchos encontramos refugio.
Pero The Fray no se detuvo allí. En 2009 lanzaron The Fray, su segundo álbum, donde mostraron un crecimiento sonoro sin abandonar la honestidad lírica que los caracteriza. You Found Me se volvió otro éxito masivo, acompañando nuevamente a una generación que aprendía a tropezar con el amor y a reconstruirse con música. Luego vinieron Scars and Stories (2012) y Helios (2014), discos que ampliaron su propuesta con matices electrónicos, himnos luminosos como Heartbeat y un constante intento por dialogar con el presente sin olvidar la raíz emocional que los hizo únicos.
En el camino, la banda enfrentó pausas, transformaciones internas y una necesidad de volver a lo esencial. Por eso este tour no es solo un festejo: es un reencuentro. Una celebración del disco que los cambió todo, pero también un acto de gratitud hacia su público, que creció, cambió, amó y lloró con cada nota.
Ver a The Fray en un espacio como La Maraka, con su acústica envolvente y su cercanía con el público, es una oportunidad irrepetible. No es un show más. Es una cita con el pasado, con quienes fuimos, con lo que sentimos, y con las canciones que aún hoy nos tocan como la primera vez.
Porque tal vez no aprendimos del todo cómo salvar una vida, pero sí entendimos que la música puede sostenernos cuando todo lo demás se desmorona.