Por: Maximiliano Blanco
Después de varias décadas en un “cajón” acumulando polvo, Neil Young nos presenta su álbum inédito Homegrown, que en realidad no es tan nuevo ya que fue grabado entre 1974 y 1975, justo en el auge de su carrera, una obra inédita que resulta ser casi cincuenta años después tan vigente como en los días que se inmortalizó en el estudio.
Este es un álbum lleno de las melodías clásicas del músico canadiense que en 12 cortes nos manda en un viaje en el tiempo a la década de los 70 que paradójicamente se viven hoy al escucharlo, que por primera vez logra ver la luz y alcanzar los oídos de una generación totalmente diferente, una prueba de que un gran artista puede trascender más allá de su tiempo.
Empezamos con «Separate Ways» que abre ligeramente integrando la composición, fluyendo a su ritmo con tintes de country. En segundo puesto llega «Try», con una melodía relajada y que sigue esa misma línea folk, acompañada de una letra que va en búsqueda de la esperanza. «Mexico» destaca por su piano y su espíritu melancólico, una pieza breve pero contundente lenta y abrupta en su outro que da paso a «Love Is A Rose», más enérgica y con una textura rústica en su composición que a su salida desborda el clásico folk norteamericano a través de una armónica.
«Homegrown» se presenta en su intro como si se tratara de un jam improvisado, con algunos acordes de guitarra eléctrica y un bajo en el fondo encontrar su línea que pocos a poco va toma forma y deja entrar el ritmo que envuelve la composición rematada con un «Homegrown´s all right with me, homegrown is the Way it should be…”
«Florida» más que una rola parece una conversación que narra sucesos extraños que al parecer vivió cuando visitó ese estado. Habla sobre un accidente de un planeador que se estrella en un edificio; fondo se escucha un sonido estridente que de cierta forma vuelve más inquietante la inusual pista.
«Kansas» entra con una guitarra que recuerda a las composiciones western, suave y a su tiempo cierra con una armónica que es la misma que abre «We Don’t Smoke It No More», un rithm and blues bien marcado en el cual la armónica se desliza para después dejar lugar a una guitarra, piano y un coro que sin sobreponerse canta:»we don´t smoke it no more..».
«White Line» es una de esas canciones románticas que en su andar y a modo de balada nos cuenta un breve episodio en lo que quizá fue un momento de la vida de Young. «Vacancy» levanta un poco la energía al ser un corte con más vibra del rock setentero. «Little Wing» es casi la canción que despide al Homegrown, breve si tomamoes en cuenta sus dos minutos y 11 segundos llenos de un aire melancólico y con una letra que aparenta dar un mensaje más profundo del que se percibe. Para cerrar «Star Of Bethlehem» transmite un country/folk al estilo de Neil, gran rola para concluir este álbum que inéditamente nos trae otros tiempos al presente.
Homegrown es dueño de canciones que fluyen en su propio espacio y tiempo, dueñas de sí mismas, llenas de un Neil Young íntimo y sincero, aunque atemporales y sin una brecha generacional es tan vigente como lo fue en su momento su álbum debut y homónimo Neil Young (1969). Hoy Homegrown es una nueva entrega que está en su lugar y tiempo, tanto como si hubiera sido lanzada en los 70 como en el 2020.