Por: Adam Nieto // @ANS_1601
Hablar del undécimo disco de la banda estadounidense Animal Collective, parece más sencillo que escuchar los poco más de 52 minutos que dura Tangerine Reef.
Un proyecto propositivo e interesante, tal vez, lo más experimental que hayan creado, en un ánimo de activismo ambiental, pero con un sonido fatalista, difícil de entender y recordar.
En colaboración con Coral Morphologic, y sin la participación de Panda Bear, Tangerine Reef es un álbum audiovisual de larga duración y está destinado a conmemorar el Año Internacional del Arrecife de Coral 2018, con el objetivo de crear conciencia sobre el peligro sobre la vida marina y el impacto del calentamiento global.
La idea y punto de partida, hasta el momento, despierta el interés inmediato, sobre todo, tratándose de una banda tan importante en las casi dos décadas que están a punto de celebrar. Sin embargo, sólo los fans más devotos serán capaces de apreciar la sonoridad de este proyecto, que abraza una atmósfera desesperanzadora, que sale de lo más profundo de la quietud de los océanos, dónde la vida continúa en un proceso de adaptación ante los nuevos y derrotistas retos que tiene el ser humano sobre ella.
Las imágenes producto de Coral Morphologic, son impactantes corales fluorescentes que complementan un largo camino de 13 canciones, pero que son la maravilla -personalmente así lo considero- de este trabajo que no se posicionará en el gustó musical de la gran mayoría de las personas, pero abonará a un proyecto personal que interfiere con la vida de uno de los ecosistemas más complejos de este lugar que llamamos hogar al que le debemos retribuir más que un homenaje a través de las conciencias.
Este disco posiblemente los disfrutarás más debido a los visuales que bien podrían ser parte de un protector de pantalla, y el soundtrack será puesto a prueba junto con el tiempo que hoy, aunque vanguardista, no favorecerá al gusto de los que no son fans.
