El otoño con i,i. de Bon Iver

Bon Iver siempre ha sido más que una banda o un sticker decorativo. Es un concepto, un refugio del que se han servido miles de fanáticos para descansar del invierno, la pérdida y el dolor. Es una especie de laboratorio donde Justin Vernon ha vaciado todas sus inquietudes existenciales, a través de sonidos profundamente nostálgicos y letras intrincadas que son a su vez laberinto y recuerdo. La carrera del músico ha sido como un proceso postmoderno de deconstrucción y búsqueda personal, donde los sentimientos afloran con fuerza.

Después de retirarse a los bosques de Wisconsin en su debut For Emma, Forever Ago (2008), y de recorrer las tierras norteamericanas de sus recuerdos y sus sueños en el homónimo Bon Iver, Bon Iver (2011), logró fragmentarse a sí mismo en la experimentación de sonidos a través de las máquinas en su magistral 22, A Million (2016). i,i, su nuevo álbum publicado el 8 del mes ocho, continúa esa misma línea de fuga, de viaje. Es un paso más en su búsqueda de esa redención y paz espiritual que muchos buscamos.

Pero, esta vez, el álbum no abre caminos ni suena a horizontes vanguardistas. A diferencia de su predecesor, sumamente experimental, enigmático y electrónico, i,i suena a regreso a casa y a las bases. El ganador de dos Grammys ha dicho varias veces que, con su nuevo álbum, cierra un ciclo de estaciones que empezó con el “buen invierno” de For Emma, Forever Ago, la primavera del Bon Iver, Bon Iver, y el verano juguetón de 22, A Million. i,i es el otoño, la estación que se coloca entre el frío recogimiento del primero y la extrañeza y la abstracción del penúltimo.

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Así, el disco producido por Jagjaguwar resulta ser un compilado donde todos sus elementos particulares están presentes. Desde las tiernas e impenetrables letras de «iMi», el uso de su voz baritona como instrumento de “Holyfields”, hasta la sencillez y nostalgia orgánica de «Faith». Todo eso, sin dejar atrás esa auténtica rareza de rolas como «Jelmore», o ese placer por introducir elementos novedosos como el gospel en “U (Man Like)” o el intenso sax en “Sh’Diah”.

Libre de pretensiones musicales, Bon Iver no sigue más que su propio camino, aunque éste lo lleve de regreso. Por eso, aunque i,i resulte un disco accesible no es, en absoluto, una caída o un fracaso. El disco se sostiene solo, a través de canciones como“Hey, ma” (que es un rolón de melancolía pura) o “Naeem” (una pieza de sencillez poco habitual en él). ¿Se habrá cansado de la divagación existencial? ¿O simplemente habrá aprendido que el camino más largo no es necesariamente lo mejor?

Pese a todo, i,i está lejos de ser un disco ordinario. El nombre del disco implica una fuerte reflexión y una profundidad temática. Una de las rolas principales,“iMi” ejemplifica a la perfección las intenciones de Justin Vernon, sirviendo como un mantra que me recuerda a esa línea de “All apologies” de Nirvana, donde Kurt Cobain repite que “all in all is all we are”. i,i es, al final, una expresión que ha sido usado por los rastafaris por muchísimo tiempo para manifestar la idea de que uno nunca está solo porque el “yo” y “Dios” residen juntos, dentro de la individualidad de cada persona.

Si sus anteriores trabajos se caracterizaban por el uso del minimalismo instrumental para entender su lugar en el mundo, enorme e incomprensible, en i,i Bon Iver juega exactamente a la inversa, cediendo su intimidad a numerosas personas para hablar del reflejo, y del «yo» a través de los «otros» En este caso los otros son sus colaboradores que suenan mucho más que en otros discos y entre los cuales destacan James Blake, Brad y Phil Cook de MegafaunAaron y Bryce Dessner de The National.

Bon Iver es el espejo de sus miedos y anhelos, a veces melodramáticos, muchas veces soporíferos, casi siempre nostálgicos, pero nunca falsos y siempre profundamente personal. Es por eso que el artista de Wisconsin aparece en la lista de nombres indispensable en un resumen artístico de esta década que cada día se acerca de llegar a su final. Nombres o instituciones como Beyoncé, Lana Del Rey, St. Vincent, Frank Ocean, Kendrick Lammar,  Tame Impala y algunos otros, aunque pocos.

 

 

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