Javiera Mena partió de Chile hace poco más de 12 años para seguir su sueño: la música. En 2010, la compositora y productora dejó su familia y amistades para dar a conocer sus canciones en España.
En aquel momento, Javiera partió como una completa desconocida de su país. Su música apenas y sonaba en bares pequeños, pero, hoy todo es distinto.
Los y las taxistas la reconocen y la saludan en las calles de Santiago, las amistades de su madre le piden fotos. La gente le grita y le pide autógrafos. Hoy es una estrella.
Javiera asegura que regresar a Chile significa vivir días de emoción y nerviosismo porque aún no asimila las muestras de cariño de su público.
“Me da como nervio ir a Chile porque es como ver a alguien que no he visto mucho tiempo. Es rico porque cada vez la gente me conoce más. Es bien bonito que yo salí del underground y ahora pertenezco cada vez más al mainstream”.
Para llegar a esto Javiera vivió momentos duros y en solitario. Cuando llegó a Madrid sólo contaba con dos álbumes de estudio Esquemas juveniles y Mena. Si en Chile apenas era conocida, en España sólo unos pocos habían escuchado su nombre.
Las productoras la ignoraban, los recintos le cerraban la puerta y, por ser mujer, tuvo que esforzarse el doble para mostrarle a la industria su capacidad como música.
Al recordar todas estas barreras, Javiera considera que su trayectoria es como el “camino del héroe” que plantea Joseph Campbell.
“Como dicen ‘nadie es profeta en su tierra’. Tu viaje va hacia afuera, salir de tus límites y después retornar con lo que hayas aprendido. Al no estar, la gente se da cuenta de que represento a Chile afuera. Mi lírica, mi poesía. Tiene que pasar eso (salir) para que nos valoren dentro”.
Con todas estas experiencias aprendidas, la música de 37 años regresó a su país para presentar su disco Nocturna. Un álbum que explora su lado más sensual y atractivo.
A diferencia de sus obras anteriores donde cantaba sobre la introspección, el interior de las personas y su propia psique, en este nuevo material escuchamos su lado físico y superficial.
Para Javiera, Nocturna es un ejemplo de la madurez que ha ganado en su vida personal y profesional.
“Este disco significa abrazar mi etapa adulta. En lo conceptual y emocional, me conecto con mi mujer actual, con mi independencia y expansión, con la diversión y el placer femenino. Es el disfrute de la ciudad, de mí misma, de mi sexualidad, mi conexión con Eros”.
Además, es un logro el poder plasmar y compartir su orientación sexual en canciones como “La isla de Lesbos”, “Diva” o “Corazón astral”.
Aunque, ella nunca ha ocultado su atracción por las mujeres, Javiera recalca que antes era más difícil escribir y cantar sobre el tema.
Por ello, agradece el cambio generacional y su apertura a nuevos paradigmas.
“También cuesta, cuesta mucho ser parte de la comunidad (LGBTI+). Si lo aprovecho es porque hay muy poco espacio, aún menos en las lesbianas. Hay más en los homosexuales hombres, pero en las lesbianas no hemos tenido muchos referentes del pop”.
Javiera Mena lleva más de 10 años en su camino de la heroína y no piensa detenerse, pese a extrañar Chile.
En tres días más, el 5 de noviembre, deberá viajar a Argentina donde cantará junto a Julieta Venegas y Bjork en el Primavera Sound de Buenos Aíres. Sin embargo, en esta ocasión no llegará como una desconocida.
Javiera Mena llegará como una rockstar del electropop andino para cantar en uno de los festivales más importantes del mundo.
Si es verdad que su carrera es el viaje del héroe que plantea Joseph Campbell, ella vive la etapa de la recompensa y reconocimiento.
No obstante, no parece que su regreso a casa esté cerca, sino por el contrario, Javiera aún busca librar más obstáculos en el extranjero para, en un futuro, poder asesorar y ser una mentora para futuras músicas chilenas.
“Toda acción artística es política”.