tos cortesía de Lulú Urdapilleta
Noche de viernes con un vals de fondo, así es como iniciaba el cumple de una de las bandas más importantes del rock nacional. 30 años de Fobia han pasado desde esa primera tocada donde le abrieron a Trolebús.
A las 9:18 pm comenzaba una introducción en las pantallas emulando una distorsión de imágenes al estilo de a esos televisores de los años 80. El festejo arrancó con «El Diablo» mientras 17 mil personas gritaban de emoción de ver reunidos a los Fobios de nuevo.
Podríamos hacer un listado de las 32 canciones que recorrieron la historia de estos, con canciones como «El diablo»,»Dos corazones» ,»Dios bendiga a los gusanos», «Plástico»,»Camila»,»La Iguana»,»El Crucifijo»,»200 Sábados» ,»El Microbito»,»Descontrol»,»no eres yo»,»Pudriendo»,»Miel de Escorpión» y un arranque de ensueño.
Lo importante de esta noche era el regreso con esa familia que habían dejado hace algunos años, hablando de esta alineación de Fobia. Y qué regreso, «la familia creció» como lo mencionó Leonardo, que se notaba nervioso o tal vez incrédulo de ver un Palacio de los Deportes a reventar , que coreaba cada una de esas 32 canciones que prepararon para esta noche. El Chá no dejaba de sonreír, Jay concentrado y en su papel dando lo mejor en su ejecución; Iñaki llevaba de la mano a la banda y preparaba cada introducción para sorprender al público y Paco el cerebro de la banda y la naturaleza de ésta, mientras que Leo dando todo, esa voz que no se cansa y sigue dando todo.
Una de las cosas curiosas que pasaron durante la noche fue darle el reconocimiento a la primera persona que creyó en ellos “Marteen”, productor de sus primeros tres discos. Gritos y más gritos de aquellos chavos que se volvieron rucos, pero que siguen con el mismo ideal de escuchar buenas bandas.
Velada inolvidable con un mensaje intenso por parte de Leonardo: “Pase lo que pase en México, no dejemos de ser nosotros” así finalizó el primer encore con su «Revolución Sin Manos».
Las luces se apagaron para darle paso un descanso y beber algo, pues comenzaba la garganta a secar de los presentes, que ninguna canción dejó de corear. Para regresar de nuevo y agradecer a los presentes, recalcando que era su primera vez en el Palacio de los Deportes solos y sin dejar de sonreír.
Un juego de imágenes en pantalla, excelente iluminación donde hacían que el espectáculo fuera más grande, nos mostraron un sonido más fino, maduro en la ejecución y calidad increíble. Hoy se vivió ese cumpleaños soñado donde todos tus amigos llegan puntuales, llevan actitud, se emborrachan, se van hasta la última rola con la garganta ronca, todos con una sonrisa en la boca
¡Dios bendiga a los fobios!
