Texto por Edy Yañez & Fotos por Toni François
Tuvimos la oportunidad de asistir al festival de que tanto se había hablado. El Festival Hipnosis quien entre otras cosas nos recibió con todas las comodidades y con tecnologías innovadoras —aunque esto ya se realiza en Europa y Estados Unidos—, en nuestro país es poco común el sistema Cashless, que entre otras cosas funcionó de maravilla. El bazar estuvo nutrido de mercancía ad hoc al gusto de los asistentes y el stand de mercancia oficial llevó un taller de serigrafía donde, al momento, podían imprimir la playera de tu gusto sin problema alguno, también haciendo que las mermas sean nulas en el proceso. Al parecer los organizadores ya están siendo asesorados por personas con acceso a la educación y visión de negocio.
El Hipnosis se trató de una apuesta, un tiro fríamente calculado a un grupo de personas con un gusto muy definido: el stoner, el garage, la psicodelia, el shoegaze y sonidos afines fueron el target, lo demás tan solo fue acomodar a las bandas para el line up. Hay que reconocer que este tipo de festivales en la actualidad están infectados por el virus del “Queda bien”, el cual se define por una necesidad enfermiza por agradar a todos y no excluir nada, refiriéndose a festivales en nuestro país, que por ejemplo se alejan de la especialización y se conforman por hacer un revoltijo de bandas que termina por ser un evento al que te dan ganas de ver dos bandas del line up, pero el precio es altísimo (económica y físicamente), ya que tienes que fumarte a todas las bandas que ves en todos los festivales, escuchas en la radio, en la tele, en la calle, en el tianguis y etc; todo por ver dos bandas.
Las bandas nacionales hicieron un gran papel: Cascabel, Viv and The Sect, Virtual Haze y la Redada no quedaron a deber. Algunas de estas bandas son nuevas relativamente y otras formadas por integrantes de otras agrupaciones con mucha más experiencia, pero al final del día dejaron un buen sabor de boca en los asistentes. Un detalle de reconocer es que durante las presentaciones de estas bandas pudimos ver a varios integrantes de las otros proyectos disfrutando de la música, aunque escapaban al resguardo de las exclusas al ser descubiertos.
Las bandas internacionales comenzaron con el sonido veloz y peligroso de The Goggs, una banda con un FUZZ alarmante; por cierto, Ty Segall los acompaña en la guitarra, ya se imaginaran el nivel de efusividad en escenario. Una banda que no suena en la radio comercial ni tienen la intención de hacerlo, aquí hablamos de música enfocada, especialización.
The Mud Howlers le bajaron un poco a las revoluciones con su sonido psicodélico y con atmósferas de los 70. El rock and roll corre por cada nota de esta banda, estos tipos a veces suenan a The Doors y después a The Cult, pasan por una cantidad asombrosa de riffs que nos mandan de regreso en el tiempo o nos llevan década por década de la evolución del rock. Justo después pudimos observar a dos bandas que en el sentido opuesto hacían sentir la música en los asistentes: The Death Valley Girls y The Coathangers, que con pocos acordes pero mucha actitud hacían que nos moviéramos para quitarnos el frió. Thecoathangers son una banda increíble en vivo, todas de cambian de instrumentos, cantan, brincan, tocan batería, bajo, guitarra, incitan al público a maldecir, chiflan, regañan a los ingenieros de audio, piden cerveza como si no hubiera un mañana, pero eso exactamente es lo que los asistentes están esperando, algo de peligro y de emoción en el escenario, de nuevo especialización.
Uno de los momentos mas esperados de la noche fue el show de Ty Segall y con justa razón, este músico de Laguna Beach, California, es como el comodín de la escena ruidosa, lo mismo hace bandas como Broken Bat o acompaña a The GOGGS o arma una banda para solista. Ty Segall en verdad no esta quieto.
Su set empezó con canciones armónicas y rítmicas, pero para la segunda canción ya todo era un remolino de solos de guitarra con fuzz, riffs estruendosos, percusiones intensas y gritos desenfrenados. Vaya que hace bien las cosas en el escenario, mucha gente sin saber de la existencia de este tipo, hoy se consideran fans por haberlo visto en el Hipnosis.
Para hacer honores al nombre del festival, The Black Angels llegaron al escenario a poner en orden las cosas, basta de gritos alocados y vamos a escuchar atmósferas fantasmagóricas y obscuras, dejemos que la hipnótica voz de Alex Maas nos saque las tripas y nos ponga en ese lugar que queremos. Por cierto, el frío que estaba haciendo para este momento del show era algo obsceno, la gente se arremolinó al frente del escenario más por necesidad de calor que por otra cosa. Esta banda sigue siendo el caballo de guerra de los festivales, aunque tuvieron un poco de dificultad arrancando el show con el audio general.
Black Rebel Motorcycle Club es una banda que ya ha visitado nuestro país y ha dejado regados fans por todos lados. Su presentación fue excelente, el audio estaba a punto y el movimiento de la gente logró que el frió se disipara. Las luces, los acordes y las canciones favoritas de la banda fueron una experiencia realmente conmovedora, la cantidad de sonidos que puedes escuchar salir de tres personas con instrumentos sencillos es asombrosa, bajos que a veces sirven de acompañamientos, voces, harmonicas y una presencia elegante, sobria en el escenario, rock de altísimo nivel.
Una felicitación a los curadores del line up y a los organizadores. Hacer un festival de rock con un cartel completamente de nicho no es cosa fácil ni cosa sencilla, dicen que el Hipnosis puede ser el festival que hay que mantener bajo la mira y al que hay que asistir, pero esa es una mentira, si este tipo de géneros no te gusta es muy poco probable que exista una banda que metan en aras de incluir o ser empáticos.