Igual que en la película “Blue Is The Warmest Colour”, en su nuevo álbum forevher, Shura nos demuestra que el azul es el color del romance, del bienestar, y de un amor cálido y saludable. Para la portada, la cantante inglesa eligió editar una foto de la famosa escultura “The Kiss” por el artista Auguste Rodin, y pintarla de azul. Shura siempre ha sido auténtica y desde el inicio se declaró una mujer queer, por lo que no teme hablar de sus sentimientos en su música.
Su debut en 2016 con Nothing’s Real, nos mostró sus fuertes influencias ochenteras y fue un álbum que puso a bailar a todo mundo con canciones llenas de disco. En este periodo de tres años, Shura se enamoró y encontró la paz en el romance, lo cual se refleja de una manera muy sensual en este nuevo LP que habla 100% de amor.
Mientras que lo ochentero sigue ahí, ahora es mucho menos bailable, los teclados y sintetizadores son usados para baladas largas y suaves. El instrumento dominante es el piano, que está presente desde el intro “That’s Me, Just a Sweet Melody”, que es la voz de Shura casi a capella y sin ningún efecto, acompañada de unas cuantas notas de piano. La línea sigue en “Side Effects”, donde escuchamos un pop mucho más genérico pero también sencillo y sin perder el sonido clásico de la inglesa.
Para “Religion (U Can Lay Your Hands On Me)” Shura nos comienza a hablar de su vida amorosa y vuelve a lo ochentero bailable en un track lleno de vibras disco y una voz aguda. Es el sencillo principal del disco, y habla de su deseo por una chica y el hecho de darle la libertad para acariciarla.
“The Stage” es un track muy especial, ya que narra la primera cita de la cantante con su actual novia y ese momento que todos hemos vivido alguna vez: conocer a alguien y quedar tan hipnotizado, que ya no ves a nada más que a la persona y el deseo de estar con ella. La canción es muy sensual y únicamente utiliza beats lentos de batería y teclados. “BKLYNLDN” sigue ese mismo ritmo pero con vibras lo-fi y algunos efectos extra de teclados que acentúan un poco lo ochentero, y habla de su relación a distancia.
Para “Tommy” y “Princess Leia”, Shura deja un poco atrás su propia historia y nos cuenta historias de otras personas, en dos canciones que se vuelven un pop noventero muy sencillo, lento, con piano y unos pocos teclados, pero lo que realmente resalta es su voz, increíblemente melódica y dulce. “Flyin’” es una de las canciones que más podemos destacar del disco, ya que introduce suaves y contagiosas vibras de R&B que por ratos se vuelven bailables pero al mismo tiempo son muy relajantes, y habla de cómo el amor nos puede quitar el miedo a hacer ciertas cosas que siempre nos han asustado.
“Forever” y “Control” siguen esa línea del R&B con toques de disco y vuelven al tema del amor, sobre querer estar con alguien para siempre y darle el control para hacer lo que sea por ella. Finalmente, “Skyline, Be Mine” cierra el disco con un track casi instrumental y muy hipnotizante que tiene una batería compleja y muchos sintetizadores, algo que no es común en Shura pero que resulta muy bueno.
forevher es una historia de amor de las buenas, y aunque por momentos puede hablar más de los sacrificios que de las ventajas de amar, logra transmitir romance y ese sentimiento que representa el color azul. Shura salió de su zona de confort en una forma muy positiva para regalarnos algo de lo más sensual de este año pero sin dejar atrás su esencia original, y lo más importante es que es un álbum que nos enseña a amar libremente y expresar ese amor.
Lee la entrevista que tuvimos con ella acerca de este LP aquí.