El trabajo de Robyn nos impulsa a ser más valientes. Sin sermonear, nos muestra la dignidad de nuestro dolor: tirar su angustia a la pista de baile, tragando su brillo de neón como una fotosíntesis. A través de su música, descubrimos que nuestros momentos más solitarios ya no son solo valles para sufrir y soportar: son más profundos, incluso hermosos, vislumbres de nuestra humanidad. Parece posible que estos momentos sean giros esenciales en nuestro propio viaje y que, después de todo, seamos indestructibles en ellos.
A lo largo de su carrera, Robyn ha prosperado rechazando la máquina de música pop. Su genio era demasiado grande y peculiar para los espumosos pequeños de su juventud, a pesar de sus primeros éxitos en la década de los 90. Ella tuvo la presciencia alrededor de principios de siglo para rechazar un acuerdo con Jive Records, abrazar las influencias de su club y comenzar su propia huella.
La rebelión de Robyn ha convertido a su avatar en el pop del excepcionalismo: su camino nos dice que podemos ser extraordinarios también, después de rechazar las restricciones que nos mantienen dóciles. Ella corta una figura poderosa y necesaria en la música pop, reafirmando la autonomía de las mujeres en un género que trabaja para mantenerlas desechables; en particular, ella subvierte y actualiza la idea estereotípicamente masculina del autor.
Y así , Honey , el sexto álbum en solitario de Robyn y el primero en ocho años, también tiene el brillo de ser creado en términos puramente individuales, en una línea de tiempo singular.
¿Qué significa forjar conexiones humanas? , ¿perseverar, ser generoso contigo mismo en la pérdida y presente para los demás en el amor?
Si aún no lo escuchan, dénselo acá abajo. :*