Por: Martín Vargas
El cuarto disco de James Blake llega para defender su título como uno de los mejores exponentes del post dubstep. Ahora, el productor y músico inglés combina beats complejos con coros reiterativos. «Can’t bealive the way de flow» es muestra de ello; vaya manera de entrelazar la voz, con remembranzas al soul.
Otro de los temas mejor logrados es «Are you in love?». La voz principal y los coros, los sintetizadores y el espacio ingrávido que generan los silencios. Directo, insufrible. Contemplativo y esperanzador.
La canción homónima es una introducción a un viaje ajeno a lo que resultó la melancolía generada por las canciones de The color in everithing (2016). Tuvieron que pasar tres años para que Blake volviera a sus raíces; pero ya no hay lentitud. El tiempo maduró en ritmos más atrevidos contemporáneos. Muestra de ello son las colaboraciones con las que cuenta Assume Form.
Tal parece que compartir la producción con más personas, como Metro Boomin con quien comparte micrófonos en dos canciones de este álbum, le ayudó a Blake a encontrar un sonido certero.
De los cuatro ‘featuring’, la de ROSALÍA para la rola «Barefoot in the park» es la mejor lograda. El nivel de apropiación de la cantautora española resulta en una experiencia genuina para el oyente; no es necesario compartir la misma lengua para poder comunicarse en un lenguaje tan universal como la música.
Quizá la última canción(«Lullaby For My Insomniac»), uno de los sencillos que se desprendieron del álbum, no le hace honor a todo el desprendimiento que Assume Form representa. De ahí en más, a continuación te comparto la más reciente producción de Blake: