Fotografía destacada: Facebook Oficial Kevin Johansen
Tras el estreno este 2019 del disco Algo Ritmos del músico argentino, Kevin Johansen, tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre este nueva aventura, de cómo cambió su visión del mundo, del emblemático club CBGB´s y todo lo que Hilly Kristal hizo por él.
Revista Kuadro (RK): Este nuevo disco, Algo Ritmos, ¿en qué se diferencia de los demás o en qué se parece a tu discografía?
Kevin Johansen (KJ): Creo que es igual, uno desearía que haya una evolución para bien en el aspecto de lograr mayor transparencia artística, lograr decir lo que uno quiere en el momento. Este disco me tiene contento y orgulloso porque trae cuatro o cinco cosas de las cuales quería hablar. Igual trae mi esencia desde Sur o No Sur por el juego de palabras, con el algoritmo que ya es algo coloquial. Siempre busco primero el título que me da la excusa para hacer lo que se me antoja, y este fue un canal. Me acuerdo que algo me dijo un periodista sobre Fernando Eco, que él le enseñó a sus alumnos a hacer el título antes de hacer lo que sea para saber lo que van a hacer. Luego mis amigos me piden títulos para lo que sea, como un bar que me asocié, me pidieron el nombre y yo le puse ‘La Tangente’, quedó y funcionó.
RK: Ya pasaron 20 años de tu debut, ¿has visto cómo cambia todo enfrente de ti?
KJ: Soy de la camada de que no sabían en qué género me ponían, algo que antes era una desventaja, pero lo convertí en algo bueno porque ahora me ha dado mi propia voz, mi oportunidad de ser yo, sin tener que ser algo más. También era de esa generación de los alternativos, de los que nunca iba a llegar al mainstream, ser parte de algo popular, pero ves a los ‘Cafeta‘, los Aterciopelados que demostraron que sí podían ser populares. Es lindo ver el proceso y como soy algo raro por mi nombre gringo, lo que conlleva. Siempre digo que hay un parte de mí que se ríe de mí mismo, porque esos seguidores me llegaron después de los 30 . Si me hubiera pasado a los 19 años hubiera sido un gilipollas.
RK: ¿Sientes que ya eres una referencia para las nuevas generaciones?
JK: Creo que lo que más noto, que me da placer y me gusta porque los artistas y los músicos somos inseguros, es que sólo encontramos la seguridad en un escenario frente a miles de personas. Pero cuando un colega me dice que tu música me ayudó a abrirme la cabeza o no tener tantos tapujos, siento no que inventé la pólvora, pero sí que hice un camino artístico libre, que le sirvió a otros abrir un abanico para lo que querían contar.
Soy un degenerado de los géneros y etiquetarme me ayudó para darme un concepto.
RK: No es una historia común, no es solamente eres argentino, también naciste en Alaska…
KJ: Es como un plus, digo que es una hermosa metáfora que me hace bipolar, eso de que sea de Alaska y Buenos Aires, porque padre brasileño y madre inglés es más normal, pero una madre argentina que se fue a Alaska en esas épocas era lo más extraño. Tengo una hermana menor cuatro años, que gracias a ella, me acuerdo de mi primer viaje, con mi madre embarazada a visitar a la familia a Buenos Aires y no me acuerdo si fue de Alaska o de Denver pero debió ser una cosa así. Ahora me pasa de grande que cuando voy de Buenos Aires a L.A.
RK: ¿Sientes que tienes toda la influencia de América?
KJ: Quiero creer que me da también una humildad porque quiero aprender constantemente, que tengos hijos de 11 años y me enseñan lo que está pasando desde el trap hasta lo nuevo del pop. Y quiero escuchar con atención cómo está hecho, si está bien musicalizado, si está bien hecho, si está bien producido. Que uno de los más grande halagos es cuando un metalero me dice: ‘no escucho esa musica pero una canción tuya me encanto’. No exijo ni pido fanatismo porque se que lo hago es tan variado que hasta a mí me pasa y digo este tema no me gusta tanto. En Spotify está en aleatoria y también es un buen ejercicio. Jorge Drexler, quien está invitado en “Mi Querido Brasil”, le gusta que nos asocien. Por suerte es lo que salta en las recomendaciones.
RK: ¿Alguna anécdota que guardes del CBGB´s?
KH: Cuando conocí a Hilly Krystal, era un tipo muy grande con barba, con una panza de cerveza de señor cincuentón y generaba mucho respeto. Era muy gruñón; había que entenderlo. Todo fue porque un amigo argentino me dijo que era uno de los lugares para tocar en Nueva York, me dijo que ahí escuchaban demos y yo tenía un porta estudios de casete; dejé uno y me dijeron que podría tocar un lunes. Me dijo en inglés: ‘Me gusta lo que tocas, cuéntame algo de ti’ y ahí empezó una relación con alguien que no sabía qué tan legendario era y me contó que venían unas chicos de Brooklyn que no tocaban muy bien, pero traían mucha gente… y eran los Ramones. Le dije a mi banda: ‘Muchachos, tenemos que practicar’.
RK: ¿Es importante que en el arte cada quien pueda apropiarse de su significado?
KJ: Sí, porque dispara para el lado que cada uno quiere y ahí radica también el arte de una buena canción que no obliga a todos a sentir lo mismo. Cada uno lleva para donde siente que lo lleva. Igual hay muchas cosas en común como un amor, el agradecimiento o algo así, pero es interesante abrir esas posibilidades
Me falta un montón para meterme en situaciones sociales donde sienta más compromiso más allá de lo artístico. Quiero crear algo a través de la música que pueda generar acceso a la cultura y la música que me parece esencial para la gente que no tiene acceso a eso.
RK: Con todo este bagaje, ¿cómo ves el tema sociopolítico?
KJ: Lo veo desde un lugar muy macro por poder viajar por Latinoamérica, USA, España y siempre que todos los países están en una guerra civil solapada donde el 50% piensa una cosa y el otra 50% otra cosa totalmente opuesta. Lo veo en México, USA, Brasil, España y más bien se lo adjudicó a la especie, que tenemos algo en el cual queremos pelear. Somos una plaga que nos estamos autodestruyendo. El ejercicio democrático es difícil, hay que escuchar que una gran porción del pueblo no tiene educación y le da miedo lo desconocido. El fascismo es algo que ha logrado Trump con mucha solvencia que encontró el miedo en el gringo promedio con el de afuera: ‘Nosotros estamos bien, Make America Great’.