Fotos: Erick Saldívar

Aunque muchos no lo recuerdan o ni siquiera lo saben, ya han pasado 20 años de aquella visita de Mercyful Fate en la Ciudad de México en el abandonado Cine Ópera, en aquel entonces por solo $120 pesos podías ser testigo de este show :

Sin embargo este 6 de mayo sería su primera visita en México como King Diamond, un concierto que después de años de rumores por fin los fans contaban los minutos para poder deleitarse con este increíble show de Kim Petersen y compañía.

El reloj marcaba las 7:30 de la noche y los motores empezaban a calentarse dentro del domo de cobre con la escena nacional, Strike Master iniciaba su presentación de manera poderosa teniendo una buena aceptación por parte del público que ya se encontraba en la pista del Palacio, fueron cerca de 40 minutos de presentación para dar paso a la brutalidad y bestialidad del thrash metal de Exodus que de principio a fin convirtió a los asistentes en verdaderas máquinas de destrucción, pues en cada canción no faltó un mosh pit o un wall of death, melenas, gritos, empujones y euforia era lo que se podía ver a donde quiera que voltearas pues rolas como «Bonded by blood», «A lesson in violence» y «Strike of the beast» hicieron retumbar cada rincón del recinto.

Ahora sí, el momento que muchos han esperado hasta por más de 20 años, la presentación de Exodus había concluido e inmediatamente una manta negra con el logo de King Diamond en medio cubría todo el escenario mientras se ajustaban los últimos detalles, cualquier destello de luz, sonido de guitarra, prueba de voz, lo que fuera, causaba que los fans se emocionaran.

Justo las 10:00 de la noche cuando las luces se apagaban y «The Wizzard» de Uriah Heep sonaba, aquella manta que cubría el escenario caía mostrando la fantástica escenografía que constaba de una especie de balcón una escalera de cada lado, en medio la batería, gárgolas, barandales y luces que realmente te hacen sentir estar dentro de una mansión embrujada y ahora en el audio sonaba el intro del álbum Them llamado «Out of the asylum» con esto Matt Thompson aparecía en la batería y en el balcón  se iban acomodando Mike Wead, Pontus Egberg y el legendario Andy Laroque quienes daban incio a «Welcome Home» y del lado izquierdo del escenario con sobrero, un elegante atuendo negro y en las manos los huesos en forma de cruz que sostienen su micrófono hacía aparición el Rey Diamante, acompañado de los gritos y la emoción de los fans que estaban cumpliendo un sueño.

Es simplemente increíble el escuchar esos agudos, esos graves, hasta los guturales que maneja en esa voz característica, es una presencia imponente, realmente estás viendo a un ente maligno ir de un lado al otro del escenario, subir y bajar las escaleras y al mismo tiempo realizar una auténtica puesta en escena con marionetas, sillas de ruedas con cadáveres, ataúdes, pentagramas móviles y cambios de fondo en la escenografía.

El concierto se dividió en dos partes, la primera fueron clásicos de la banda como «Halloween» y «Eye of the witch», pero también destacó la interpretación de «Melissa» y «Come to the sabbath», temas de Mercyful Fate, era curioso ver al Diamante ir a tomar una copa de agua y mirar su reloj entre cada canción, como midiendo el tiempo o tal vez es una pequeña costumbre suya.

La segunda parte daba entrada al álbum festejado, pues los clásicos de Abigail harían la noche aún más obscura, pues escuchábamos aquella perturbadora historia de la voz de Kind Diamond, sin duda tema por tema  erizaba la piel y no podías dejar de ver el escenario, pues no es de esos conciertos comunes de metal, hay una obra de teatro frente a ti.

Como todo lo bueno, tiene que llegar a su fin, «Black Horsemen» era el tema con el cual la banda terminaba aquella tremenda noche, las plumillas y baquetas volaban del escenario al público y de izquierda a derecha el Rey se puso al filo del escenario y lentamente fue agradeciendo a todos los asistentes con «Insanity» de fondo.