Fotos por: Eryck Fuentes
Dentro de aquellas puertas que estaban dentro del manicomio de La Castañeda se encerraban muchas oscuridades electromagnéticas, mismas que hicieron que la banda homónima, lo adoptara de manera inocente y de forma peculiar. Esto dio paso a uno de los discos que más marcaron la época de los 90.
En ese entonces —hablamos hace 17 años—, salió a la luz El Globo Negro, disco clave en la carrera de esta banda. Ellos nunca pensaron se convertiría en un himno para aquellos seguidores que dentro de varios grupos como La Gran Fraternidad Pelona o Los Castos, adoptarían hoy día para llenar uno de los recintos más diferentes que nos da la CDMX.
Tocar de principio a fin un disco completo se ha vuelto una tendencia sonora para expandir aquellas canciones que no se tocan en sus show normales. Para aquellas que sí tengan una esencia especial, pues jamás se volverá a repetir aquel instante que nos dieron aquella noche.
El Globo Negro
- «Introducción»
- «La Cabeza»
- «Gris Normal»
- «Sueños»
- «El Pescado»
- «La Ventana»
- «El Loco»
- «Tu Culto»
- «El Gusano»
- «Tloque Nahuaque»
- «Confusión»
- «El Cuerpo»
¿Realmente vale la pena?, pongamos en mesa aquellas sensaciones que nos trae «La Cabeza» o «Gris Normal». Independiente de que sean las más reconocidas o más cantadas en sus shows, el haberlas tocado en el disco que te trae recuerdos es de lo mejor que puedes presenciar en una banda. Al igual que su público, ellos vienen con unas expectativas altas, por que incluso a ellos, el volver a tocar canciones así, es regresar a tocadas en lugares que no existen ya o incluso el recordar cómo y por qué escribieron y compusieron esa canción.
No obstante, lejos de la monotonía se encontró un pedazo de universalidad; aquella que te hace sentir y cantar cerca de la neurona que se activó una vez puesta en marcha el disco y, que mejor aún, escucharlo de principio a fondo.
Y así fue. El cambio es notorio. La experiencia cambia y se hace mejor. Nada sucumbe. La mejoría se ve reflejada en casi 28 años de carrera. El Globo Negro acabó y empezaron con las exigencias del público que cantó y armó el slam.
Poco a poco llegó el momento de despedirse pero no sin antes cantar aquellas canciones que deberían de tocar en todo concierto. Más de hora y media; sudor, empujones, codazos La Castañeda se despidió con el anuncio de su próximo festejo; pero los detalles tendrán que esperar para ser dichos.
No se despeguen de la locura, que cada día nos tiene más poseídos. 🙂
