Por ahí dicen que es triste cuando las fiestas se acaban, pero es porque quien lo dijo vive del pasado. Es triste cuando las fiestas se acaban porque buscamos la eternidad del disfrute, si pudiéramos elegir un punto de nuestra historia y congelarlo, los atesoraríamos como diamantes o perlas, algo así vivimos Vaivén este fin de semana, donde elegiríamos varios momentos de esta edición 2022 para repetirlos una y otra vez, mil veces más.
Desde el inicio los colores brotan de todos lados, listones de colores acarician los rostros de los asistentes, una bienvenida que junto al sol satisface el tacto. De lejos se escuchan las primeras bandas sonar, mientras las fuentes de agua refrescan el ambiente y los oídos de quienes pasan cerca. Es un día que invita a los 5 sentidos a disfrutar.
En el escenario Vaivén el ambiente lo prendió con el mexicano Leon Leiden, mientras las transparencias de su playera hacían ver su abdomen, unos lentes azules cubrían sus ojos mientras re interpreta un clásico. “Mis ojos lloran por ti”. El ambiente prendió a todo mundo quienes estallaron de emoción cuando invito a Esteman al escenario, la gente se volvió loca y entre gritos y aplausos ambos interpretaron «Estamos aquí».
El escenario Bacardí estuvo de fiesta totalmente cuando Clubz puso a bailar a todo mundo, mientras el sol seguía enrojeciendo pieles y se filtraba entre las gafas de los presentes que parecían haberse esforzado por el outfit a usar, pues entre brillos en los rostros, los lentes de sol y shorts de hombres y mujeres parecían una pasarela primavera verano. Cuando “Fuentes de Ortiz” comenzó a sonar en el escenario Vaivén, pues el chihuahuense Ed Maverick interpretaba varias de sus melodías al público habido de sus letras como “acurrucar” y “ropa de bazar”.
El escenario Claro Música sonó todo el tiempo desde que el festival abrió la puertas pero no fue que con Tom & Collins el público bailaba al ritmo del beat y de las distorsiones, a pesar del calor que el domo, de dicho escenario envolvía, todos sacaban sus mejores movimientos entre el humo del cigarro y alguno que otro olía a hierba que ambientaba todo el lugar.
Las nubes daban sombras que otorgaba un respiro a todos, pues a 30 grados cualquier momento de frescura era bienvenido, la noche comenzaba a caer y las luces brillaban de todos lados, se alumbraban espacios y esculturas que daban vida nocturna al festival.
El momento esperado de la noche llegó, Jungle inició su presentación, mientras el escenario se iluminaba de rojo, el colectivo británico llenó todo el espacio del Vaivén, no cabe duda que era de las bandas más esperadas, una asistencia total, los brincos entre aplausos, gritos y empujones interpretaron “Keep moving”, “Busy Earnin”, aunque el momento Vaivén emblemático fue cuando sonó “Casio” y Jardines de México estalló en locura emocional.
Otro headliner que hizo vibrar corazones, melenas y aplausos fue Sigur Rós, que a pesar de ser una presentación muy esperada, el público llenó el escenario para luego abandonar a mitad de presentación, pues parece que únicamente se quedaron con fanáticos de la banda, ya que entre murmullos había gente muy joven comentando que esperaban algo más. Sin embargo aún así Sigur Rós fue un éxito y sorpresa al interpretar “Olsen Olsen”.
El momento de bailar como vehementes llegó casi al final de todo el festival, a contraluz y con una batería muy fuerte se presentó Cut Copy, la banda australiana empezó y dio con todo a sus fans, pues su música bailable , sus juegos de luces y la voz de Dan Whitford dió el momento perfecto para levantar los brazos al cielo y brincar mientras tocaban “Hearts on fire”, “Free your mind” y no pudo faltan “Light and music” que cerró el escenario Vaivén mientras los juegos pirotécnicos iluminaban la negra noche de Morelos, específicamente Jardines de Mexico.
Es cierto es triste cuando las fiestas se acaban, porque tienes que recoger tu cansancio y guardarlo para caminar y encontrar tu auto en un estacionamiento enorme, es pesado porque debemos limpiar lo que ensuciamos. Pero no cabe duda que vale la pena vivir esas fiestas que aunque no sean eternas son inolvidables, como Vaivén 2022, un festival que va más allá de un solo momento, es un instante para repetir una y otra vez, mil veces más.