Por: Adonis Espinosa
El pasado sábado 2 de noviembre se presentó en la Arena Ciudad de México La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio para celebrar dos fechas importantes: 34 años de trayectoria musical y el Día de Muertos.
Al momento de apagar las luces inició, en un escenario totalmente decorado de flor de cempasúchil, un ritual azteca para celebrar a nuestros muertos, lo que marcó un comienzo muy espiritual en donde todo el mundo en silencio observaba cuidadosamente esta ceremonia prehispánica. Entre los participantes apareció Roco, vocalista de la banda, con varias flamas de fuego frente a él para dar entrada a «Cenizas y Bailando».
Así fue como se puso el ambiente al estilo de la Maldita Vecindad, seguido de «Supermercado» y «Quinto Patio ska», la gente no paraba de bailar y brincar a su máxima potencia, por lo que fue un gran inicio para este espectáculo,
Llegó la hora de homenajear a los caídos de este año con un cover de El príncipe de la canción José José, con «Lo pasado, pasado», la rola que nos puso nostálgicos y nos hizo cantar a todo pulmón, siendo de las canciones más coreadas de la noche. Inmediatamente sonó «Y así seguir», en donde volvió la fiesta con ese ritmo latino que tanto amamos.
«Mujer» y «Los agachados» fueron dos canciones que esperábamos ese día y que sin duda disfrutamos escuchar, pero ya era de animar más el ambiente y empezar a bailar de nuevo. Acompañados de una pareja de catrines, la noche brilló una vez más con «Un gran circo», en donde Sax no le bastó tocar con un solo saxofón por lo que agarro uno más para tocarlos simultáneamente.
«Aquí en la Tierra el llamado es a la paz, al amor, a la conciencia y a la naturaleza respetar. Este es un mensaje que llegó a la Tierra».
Escuchando el mensaje de Roco y otro que llegó del espacio exterior fue como empezó «Expedientes marcianos», que aunque la gran mayoría ya no estaba apto para bailar, fue lo menos que les importó al oír esta gran joya y mucho menos cantar. Siguieron «El tieso y la negra soledad» en donde cada uno tomaba su espacio para mostrar sus pasos de baile, tomando de ejemplo a dos pares de bailarines que subieron al escenario.
Vino «Don palabra», una canción dedicada a nuestras culturas indígenas y de las más coreadas y bailadas de la noche, seguida de «Querida», tema en homenaje a Juan Gabriel, que fue en donde inició el verdadero slam, acompañado de una lluvia de confeti que le dio aún mucho más vida al show, siendo esta la canción con la que terminaron el primer bloque del concierto.
Entrando con trajes de color blanco y gritando “Viva Zapata y el Barzón que va sonar”, empezó «El Barzón» con un juego de percusiones que puso a mover el bote a todos, aparte de ser el primer rap en México por lo que fue de las rolas que más disfrutamos.
Fue el momento «Chacahua», una canción con ritmos más lentos que transformó el ambiente a uno sereno, seguido de eso entró un hombre haciendo un espectáculo que consistía en clavos entrando por su nariz y una espada que entraba de su boca a la garganta, acompañado de música con un sentido místico y prehispánico.
Gracias a eso pudimos recargar bastante pila para lo que vendría: «Solín», tema que inició el segundo slam, en donde la energía se desbordó por todos lados, entre varios empujones, acompañado de torres de fuego y un gran juego de luces que encendió al público.
Roco, preocupado por estos tiempos de inseguridad para las mujeres, dio un discurso sobre el acoso callejero y dirigiéndo un «déjenlas en paz» a los hombres, empezó a sonar «Morenaza».
“Necesitamos amor y respeto, que viva la diversidad sin el machismo tolerar”
Esas fueron las palabras que dieron entrada a «Rafael», canción lanzada en su primer disco, seguido de «Tejedor de Historias» y «El cocodrilo».
«Tatuaje» llegó a ponernos un tanto sentimentales y románticos con unos sonidos tan suaves de saxofón; no pudo haber escena más romántica para este concierto.
«El teporocho» fue la siguiente en sonar en donde soplando la flama del baile fue como nos mantuvieron, aunque después de poner un poco ambiente, regresaron a un modo más reflexivo, ya que tocaron el tema de la injusticia que prevalece en el país.
Haciendo referencia a los estudiante desaparecidos de Ayotzinapa, dio la entrada para tocar «Un poco de sangre», siendo el momento en donde todos brincaron lo más alto posible mientras se encendían las flamas del escenario y al mismo tiempo reproducían una serie de ilustraciones donde aparecían los nombres de los desaparecidos y sus familiares.
Justo cuando ya no quedaba más por añadir, entró la Sonora Santanera con quienes dieron a conocer su nueva colaboración que los llevará de gira por Europa y Estados Unidos, bajo el nombre de una nueva agrupación llamada La Vecindad Santanera. Empezó a sonar «Pata de perro», donde no les importó derramar la cerveza ni quien estaría al lado. Parecía que el concierto volvía a empezar con todos moviendo la cintura y las manos arriba.
«Pachuco» fue el momento en el que todo se descontroló a tal grado que Sax se lanzó hacia el público. Terminaron con broche de oro al tocar «La boa» y «Kumbala» para acabar la noche de forma tranquila y contenta.