Por más de 20 años, La Habitación Roja nos ha llevado por los caminos de un pop que, aunque siempre se ha caracterizado por representar muy bien la movida independiente española, ha explorado sonidos muy diversos y la nueva entrega de los valencianos no es la excepción. Memoria es el undécimo álbum de los españoles y nos entregan una tanda de 12 canciones llenas de nostalgia y corazones rotos.
Un mundo de emociones, de sensaciones azules y de viejas fotografías sobre un polvoso tocador son capturadas a base de guitarras, bajos, baterías, sintetizadores y programación. El disco nos lleva por diversos senderos grises y desolados, recuerdos que brotan por las bocinas y añoranzas de un pasado perdido. Desde sonidos con guitarras acústicas y pianos rotos, hasta fuzzes y sintetizadores a la más vieja usanza de The Cure, la banda nos platica al oído historias que parecen inocentes y superfluas pero que esconden una pretensión filosófica más profunda.
“Nuevos románticos” abre el disco como un nuevo posicionamiento de La Habitación Roja y un manifiesto del romance perdido. El tema sólo se auto proclama como uno de los sencillos más emblemáticos de la producción. “Madrid” es una pieza en la que claramente escuchamos las influencias ochenteras de la agrupación; sintetizadores, baterías programadas. Aunque es con “La última noche del mundo” en el que sus influencias brotan claramente y notamos el guiño más evidente a Robert Smith de todo material.
“Berlín” es una canción que nos habla de la pérdida y la nostalgia que ella conlleva, una de las más bonitas del disco; dicen. Los pianos y los sintetizadores conviven en un extraño equilibrio sostenidos por una batería programada y distorsionada en “Estrella herida de muerte”, canción que nos recuerda la fragilidad de las cosas, del cambio y que después de cruzar un límite todo tiene una fecha de caducidad, incluso nuestro propio Sol; aún más nuestra existencia.
El álbum continúa explorando, coqueteando y jugando con los sintetizadores y las baterías digitales al más puro estilo de bandas como Duran Duran o A Flock of Seagulls y lo hace; de una manera natural con el idioma cantado por Jorge Martí, “Nada Cambia” y “Desde aquí” son claros ejemplos de ello.
Este trabajo de La Habitación Roja cierra enterrándonos en la desesperanza de canciones como “En días como hoy” que nos recuerdan la dificultad y la fuerza que implica la superación y el duelo, que nos recuerdan la inmensa carga que se acumula con los años al no soltar viejos amores. Y para rematar, la estocada final llega con “¿Quién eres tú?”, pieza que trata de identificarnos a nosotros mismos en el tiempo, que intenta encontrar respuestas a las preguntas más básicas del ser humano; ¿quiénes somos y qué hacemos aquí?
Memoria es un disco nos envuelve en un halo triste, doloroso, difícil y lleno de espinas en el corazón, pero que al final intenta sanar, soltar y encontrar ligereza de alma que, al final del día, es lo que todos buscamos para dormir tranquilos por las noches.