Fotografía OCESA / José Jorge Carreón

La magia envolvente de La Santa Cecilia tejió una noche de bohemia inolvidable en la Finca Altozano este sábado, cerrando con emotividad su gira «Cuatro Copas» en el Auditorio BB. Bajo el resplandor de una fogata y el aroma de mezcal, se unieron con su público de la cdmx .

Ante localidades agotadas, «La Marisoul» Hernández y su banda fusionaron el encanto de la música mexicana con composiciones propias, creando un viaje emocional desde «Nuestro juramento» hasta la conmovedora «El Hielo (ICE)«, dedicada a los migrantes. La bohemia fluyó con «Cuatro copas», «La copa rota», «Leña de pirul» y otras canciones solicitadas por el público.

La conexión íntima con la audiencia se hizo evidente mientras La Santa Cecilia, entre canciones, compartía breves historias, como el origen de «Me estoy volviendo loca», gestada en la calidez de emociones desbordantes. En el encore, «Almohada» resonó con fuerza, seguida de «Dos botellas de mezcal» y una creación original que celebra el alma bohemia de los músicos. La noche culminó con «Un mundo raro», «Calaverita», «Quiero verte feliz» y «Ella me enamoró».

Esta agrupación, que une a familias y generaciones, ha tejido un lazo romántico con su público, dejando en el recuerdo una velada única en la que la música, las historias y la pasión se entrelazaron de manera inolvidable.