Little Dark Age. El regreso de MGMT no es como lo pintan

Más de 10 años han pasado desde el espectacular debut de MGMT con Oracular Spectacular. Tres sencillos con hype fueron suficientes para posicionarlos como el grupo a seguir, como el dúo capaz de representar, aunque fuera como parodia, a toda una generación millenial obsesionada con los hippies que nunca llegaran a ser. Más de una década ha pasado desde “Time to pretend”, “Electric feel”, o “Kids” y tan nada (o casi nada) ha pasado con Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser que seguimos remitiéndonos a ese disco del 2007 para hablar de ellos.

Ahora, después de dos discos con críticas desastrosas, MGMT vuelve a intentarlo con Little Dark Age, ansiando dejar de ser el eterno neckliner y posicionarse a la cabeza. No lo consigue, pero se agradece el esfuerzo.  El problema con la banda es que carece de ideas frescas en una escena donde el pop revive prácticamente todo el tiempo. Después de arriesgarlo todo en su disco homónimo con un sonido psicodélico, sintético, rocoso e incomprendido, parece que MGMT ha aprendido a la mala a no exponerse. Pero, irónicamente, en su retraimiento, la banda ha perdido un poco de calidez, ironía y hasta ese sentido del humor que sólo aparece en pequeños destellos como en ‘She Works Out Too Much’, donde una voz robótica, daftpunkiana, da una serie de instrucciones, burlándose de programas de citas como Tinder.

Desde Tame Impala hasta Superorganism, podemos encontrar nuevas posibilidades en el uso de sintetizadores, en la creación de atmósferas. Vaya, intentos por renovar un poco el sonido, que además, soportan a sus respectivas propuestas con tremendos sencillos. En el caso de Little Dark Age, ni la canción homónima ni “When You Die” tienen la soltura necesaria para sold outs; ni siquiera para ser puestas en nuestra lista del mes en Spotify. Sí es un regreso al pop, sí presenta momentos interesantes, pero está lejos de regresar a la vigencia de esos lugares amargos y ácidos a los que miles de jóvenes quieren llegar en un viernes por la noche.

Ninguna pieza de las diez es capaz de llegar a “Of moons, birds & monsters”, la obra más extremosa y nihilista de la banda, (a mi parecer, al menos).

 

MGMT-Little-Dark-Age

Eso no quiere decir que el álbum sea una pérdida de tiempo. La recompensa llega al final a quien sabe esperar. “When you’re small” sea quizás el corte más fino, mínimo y pulido de la obra que, sin embargo, no deja de ser tan frío como los minutos que le rodean. Sólo “Hand it over” es capaz de aliviar un poco tanta expectativa, con una melodía pausada como sutil el mensaje, con una canción que suena a despedida definitiva, justo en su punto.

Pese a todo, Little dark age resulta ser un disco equilibrado entre los extremos de MGMT, (para aquellos que logran ver el lado bueno de las cosas). Quizá no les asegure un puesto en lo mejor del año, ni les acrecente su base de fans, pero al menos les garantizará poder divertirse de gira, codearse con los grandes y darle vueltas una y otra vez a “Time to pretend”.

 

 

 

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