Apenas eran las 17 horas cuando las personas ya hacían fila a las afueras del Pepsi Center. Esa sería una larga tarde/noche que prometía bastante, una de esas noches de sábado en las que sabes que puedes deshacerte de todo tu estrés. Una de esas noches con amigos, cervezas y el cuarto de siglo de Los Estrambóticos.
Los revendedores no podían faltar, ni siquiera cuando los boletos no se consiguieron por mero intercambio monetario. Sin embargo, a las afueras del show todo se vivió con total tranquilidad. La gente avanzaba por las filas para entrar, y una vez adentro corrían para alcanzar el mejor lugar y no perderse ni el menor detalle de esta gran fiesta.
El Pepsi Center lucía cada vez más lleno, el recinto estaba casi a la mitad de su capacidad cuando Triciclo Circus Band hizo presencia en el escenario. Apenas tocaron su primera canción y la gente respondió de buena manera ante ese ritmo que inmediatamente los invadió. Entre la clásica ronda de chistes el frontman de la banda se ganaba a la gente que no los conocía y que conforme escuchaban canción tras canción se convencían de que… ¡Los Triciclos molaban!
Para el final del show de Triciclo Circus Band (quienes cerraron con “ Adios, Adios,” de su más reciente material) el lugar lucia casi lleno pero algo andaba mal. La gente se apartaba del escenario, se iba al baño o a comer, incluso a sentarse. ¿Por qué?, bueno daba la casualidad que el siguiente en saltar al escenario sería el rapero Charles Ans.
Aunque mucha gente prefirió ocupar el tiempo de la presentación de Charles como un descanso, éste no dejo nada qué reprochar. Desde el primer momento en que “El Flaco” tomó el micrófono se encargó de que ni una sola persona de las que se había quedado a verlo (bastantes a pesar de los que se fueron) se aburriera y se fuera. De la mano de sus amigos: El Gordo del Funk, Slim y Dj Zero lograron lo que muchos no creían: poner a rapear a la banda que le gusta el ska, en un concierto de ska.
Charles hizo una pausa, tomó el micrófono y dijo: “Estamos muy contentos de estar acá, celebrando los 25 años de una de las bandas de ska más representativas de nuestro paí;, de esas bandas que demuestren que uno puede ser vigente”. Acto seguido se dedicó a cantar sus últimos tres temas. El Flaco tenía un gran reto esta noche: cautivar a un público diferente al que frecuenta y a pesar de uno que otro abucheo se logró el cometido. Cuando Charles se despidió mucho público comenzó a regresar y meterse entre la gente aprovechando el camino que dejaba el vendedor de cervezas.
El momento se acercaba, todo lo conseguido a lo largo de 25 años convergía en esta noche. Sudor, sueños, llantos, alegrías, canciones, noches de tragos o incluso de desvelo para Pino, Shadow y compañía. Todo los llevo hasta este día para celebrar junto con sus seguidores este cuarto de siglo.
Las luces se apagaron, las pantallas se encendieron y dejaron ver el nombre de los festejados. Para este momento ya no había ni un alma sentada. Ni en la parte baja del Pepsi Center ni en el área de gradas. La banda salió al escenario, El Shadow tomó guitarra y posición para dejar sonar los primeros acordes de lo que sería una loca noche de celebración.
Los Estrambóticos hacían suyo el escenario con cada minuto que pasaba, y qué decir del público que se le entregaba a cada rola que tocaban. El setlist fue armado con total precisión, pues cada canción embonaba perfecto con la anterior, pues no apagaban el ánimo de un público que ya hacia slam y que coreaba a gritos la letra de «Camino a Ninguna Parte».
Fanáticos de todas las edades se dieron cita para un fiestón que se volvió aún más loco cuando Madame Recamier fue invitada al escenario para cantar junto con la banda. Los presentes se la estaban pasando de lujo, baile que baile y cante que cante. La lista de éxitos era larga, pero aún faltaban las tres canciones más importantes.
«Peter Punk», «Soñar Contigo» y «La Herida» fueron el broche de oro para esta celebración. Con un tremendo agradecimiento por la asistencia y por darle aguante al ska mexicano Pino y todo Los Estrambóticos se despidieron con una enorme alegría y emoción.
Fue toda una fiesta, Los Estrambóticos nos demostraron que, al menos en el escenario, los años no han pasado en vano y que lo único que se nota en él es la experiencia