Heavy Metal. Ese género que empezó para los rechazados y los incomprendidos y ahora se ha convertido en un género de las masas —gracias a Metallica, pero es un tema para otro momento—. Se está poniendo al nivel donde importa: Dinero.
Sí, es cierto, no son los que tienen el primer lugar en los discos más vendidos o esas listas, pero al día de hoy esas son trivialidades. Hoy los artistas ganan con shows en vivo, con presentarse ante las masas, antes lo estadios y por supuesto el nuevo virus: Festivales.
Los festivales no son una idea nueva, pero captó ese momento de atención en los 60’s con Monterey Pop Fest y con Woodstock. Parte de las estrellas más grandes se juntaron y dieron esos momentos memorables que la música ha tenido. Simplemente recordar —en Youtube obviamente— de como debió ser en vivo cuando Hendrix le prende fuego a su guitarra para cerrar Monterey o al amanecer con The Who mientras tocaban en Woodstock «See Me, Feel Me».
Pero ahora son la norma por una multitud de razones. Para darle un espacio a esas bandas nuevas y exponerlas ante una audiencia más grande, tener a dos bandas que tal vez no pagarías tanto por ver, pero juntas y junto a otros nombres pesados, hace mas fácil hacer el pago y ver a más de dos bandas pesadas al mismo tiempo.
Puede haber muchas otras razones, puedes estar a favor o en contra; pero se han convertido en la realidad de la música. Incluso ya hasta tenemos una temporada de festivales… que a nadie sorprende que coincida con las temporadas de buen clima.
Y este buen clima hace irónico a unos en particular que van en alza y son los festivales de metal. Esos lugares brutales con todos vestidos de negro, estoperol, cuero, matudos, barbudos, oliendo a cerveza y escuchando música brutal… aunque sea en teoría.
Históricamente después de los festivales mencionados hay unos que sobresalen del resto. El contendiente inglés y el gringo —como prácticamente toda la música que escuchamos— Glastonbury y Coachella. El primero lleva 45 años activos —que no quiere decir que tenga el mismo número de festivales— y el segundo desde el 99 —que igual no quiere decir que tengan el mismo número de festivales—.
Esos dos poco a poco han ido perdiendo el brillo del rock que les pusieron donde están, los ingleses teniendo a Kanye West y a Adele como headliners, lo cual hace un muchísimo inocuo ese motto que se ganaron del festival de rock más grande del planeta. El segundo… pues lo mismo, además de hacerlo de dos fines de semana con el mismo escenario por lo que le quita algo de caché a ir.
Pero algo hemos aprendido: el metal jala gente. Más de un millón y medio de personas en Rusia, a la caída del régimen comunista tenía a The Black Crow, Pantera, Metallica y AC/DC. Como detalle, esta caída de régimen no solo trajo el metal a la estepa siberiana, si no dejó que existiera T.A.T.U. Pero nos desviamos. Simplemente hay gente hasta donde se ve el horizonte.
Por eso ahora tenemos algo, digo… no al nivel de esa monstruosidad, pero ¿quién puede? Por ahora ya tenemos también el Download Festival, que se ha vuelto en uno recurrente en Inglaterra y en menos de 20 años ya prometía más de 120, 000 asistentes anuales. Reuniones, apariciones sorpresas, banda enormes. La ironía que uno de los mejores perfomances sea de unos gringos. Lamb of God ha sido de lo que han puesto el Mosh Pit más salvaje que Leicestershire ha visto jamás.
Europa sigue siendo quien manda el metal. Hellfest un poco más joven que el pasado festival, pero en Francia. Más Trve dirían algunos, ya que además tienen el plus de que han alterado a la extrema derecha, a grupos religiosos y otros con la moral estrecha. Probablemente el festival con el espectro más grande de metal, le ha dado para promediar ya más de 110,000 headbangers por año. Además fue uno de los primeros lugares en tener a Black Sabbath con su reunión de 13.
Por último… lo más hardcore. El que pavimentando el camino de los demás: Wacken Open Festival en Alemania. Desde que en 1990 empezó como un pequeño festival se las han arreglado para tener ya 90,000 por año. Los que menos concesiones dan. Solo un festival podría tener el mismo día a Sodom, Behemot y Kreator. Los mosh más salvajes que están en línea circulando, tienen un 90% de chance de ser de este festival, como Exodus lo probaba:
Todo esto, para que por fin nosotros nos subamos a esta ola, por fin los empresarios y los que hacen eventos se han dado cuenta que los metaleros tienen y gastan dinero, que sí es rentable hacer un show de metal, al grado de que en este semestre tendremos dos festivales de metal, el HH Fest y el KnotFest.
Poco a poco nos acercamos a los gringos que ya tienen varios de metal, casi ninguno puede competir realmente con los europeos… tampoco nosotros, pero por lo menos ya empezamos el camino.
For Those About to Rock We Salute You