Desde que regresaron los conciertos, esta ciudad no para. Es como si el tiempo en la pandemia se hubiera desperdiciado y hubiera que compensarlo con energía todo el tiempo, todos los días. A los martes y miércoles, vueltos oficiales en calendarios de conciertos, ahora también hay que agregarle los lunes. Y es que nada detiene las ganas de música en vivo, ni la lluvia, ni el tráfico, ni media ciudad (casi) colapsada.
Y si es un nombre como Jungle, ni hablar. La organización intuyó algo, y por eso, cambió la sede, de un nada despreciable Pepsi Center (que una semana antes, tuvo dos fechas de Lorde, por ejemplo) a un Palacio de Los Deportes. Nada mal. ¿En qué momento una banda modifica su estatus y pasa de agrupación de culto a banda de masas? ¿de tocar mayoritariamente en festivales a tocar en estadios llenos de gente que están ahí para verte ahí? Antes, Neil Frances, invitó a la gente, que iba llegando tarde y mojada, a abrir la pista con una propuesta que, quizás en unos años, le alcance para llenar un Palacio. Si así estaba el abridor, imagínense al que sigue.
Jungle salió al cuarto para las diez, con un show sin muchas sorpresas ni un montaje explosivo. No. Lo del colectivo musical, fundado por Tom McFarland y Josh Lloyd-Watson, es más sencillo. Es un back to basics, pantalla, luces, su nombre y listo. Eso sí, acompañado de músicos que entienden que lo importante es hacer música que conecte y ponga a bailar. Los coros, la guitarra, el bajo, los sintetizadores y los tambores (sobre todos los tambores), todo es un combo que, en escena, crea un estilo único que une lo electrónico con el tribal, el funk con el soul, el hip hop y lo disco.
El set de Jungle (corto, de una hora y cuarto) fue una mezcla de rolas de sus tres discos de estudio, rolas que en general, mantienen una estructura y un sonido similar. Las portadas de sus álbumes, que se han mantenido sin mucho alteración más que el color, es una prueba de que la banda se ha hecho de una identidad musical que no cambia mucho. Que ha encontrado la fórmula. Aunque sobresalieron las canciones del Loving in Stereo (2021) como la abridora “Keep Moving” , “All of the time”, “Romeo” o “Fire”, la más coreada fue sin duda “Casio” del For Ever (2018) que fue interpretada con un mix al final se “Stayin Alive” de los Bee Gees. No olvidaron, por supuesto a su primer disco, el homónimo Jungle del 2014 del que interpretaron “The Heat”, “Julia” y“Time” y “Easy Burning”, canciones que cerraron una noche de lunes, increíble y lluvioso con Jungle.
“It’s all up in your head now”