Fotografías: Daniela Montenegro

Rojo, es un color que representa muchas cosas. Pasión, socialismo, sangre y en este caso, la lucha contra el sida. Este miércoles 30 se llevó a cabo el concierto «Mantén la promesa», que el gobierno de la Ciudad de México con ayuda de AHF, conjuntaron a artistas con representativos del rock mexicano en el Monumento a la Revolución.

Seguridad ante todo, pues para poder entrar al evento, varias personas revisaban la única entrada, pues todo estaba cercado alrededor del monumento, mochilas, bolsas, todo era checado por los de seguridad para el cuidado de los asistentes.

A pesar de ser las 6 de la tarde en la CDMX, la noche comenzó a caer y las luces del escenario iluminaron el lugar. El monumento a la Revolución en color rojo. Antes de que todo comenzara, algunos blogueros fueron abucheados e insultados por su orientación sexual ¿Quién lo diría? en un evento a favor del cuidado y respeto con personas con VIH, insultar a quienes dan la bienvenida.

Después de bajar a chiflidos a los Jonas Vloggers y a Juanjo Herrera, se dio paso a una banda que con toques de reggae y de rock pusieron a bailar a un público algo hostil, pero que con la presencia de la vocalista en mayas rojas y con trompeta en mano, se fue suavizando el ambiente que al final de dicha presentación gritaba por un poco más de Señora Kong.

No cabe duda que la gente es impaciente, y más si están en espera de algo. El monumento cada vez más abrazado por la oscuridad, parecía más brillante en color rojo. Entre el lapso de cambio de escenario, invitados regresan a la tarima, Eréndira Ibarra con un mensaje de tolerancia y cuidado a nosotros mismos.

La gente impaciente, sabe que al apagarse las luces totales del escenario es por la entrada de un artista, y viene Ely Guerra con su pianista Nicolás. Para quienes han visto a Ely Guerra en su tour «El Origen», saben que es un concierto íntimo y pasional. A una sola voz y a un solo instrumento. La artista de Monterrey, vestida de azul y amarillo, interpreta parte de su gran historia músical como “Peligro”, “Mi playa” y un homenaje a José José,“El triste”.

A punto de terminar, a sólo tres canciones para concluir su participación, hace una pequeña pausa para callar educadamente a quienes chiflan al fondo de sus canciones, al decir que es un evento de tolerancia y respeto, que para eso ella está ahí, para enseñarles lo que es ser tolerante con los demás. Y cerrar diciendo que es un momento para reflexionar y que ella con gusto les ayuda con su música.

Empezó la fiesta pasadas las 8 de la noche. Kinky tomó el escenario, la gente ya los esperaba y se notó, pues con los primeros acordes el público comenzó a brincar y disfrutar los beats que la banda hace desde el 2002 con su disco homónimo. Desde “Desaparecer”, “Despuès del after”, “Coqueta” y las más conocidas por sus seguidores como “A dónde van los muertos”.

La noche comienzó a ponerse mejor, la gente aún más relajada, no sólo por el aroma a pasto quemado, sino que después de brincar y bailar con Kinky, el estrés va desapareciendo y esperan  a la última banda de la noche: Fobia.

Leonardo De Lozanne entra al escenario y los gritos se hacen presentes. Todos esperaban ver a esta banda que surgió en 1987. Todo es fiesta y desmadre entre la gente. “El Diablo”, “Dios bendiga a los gusanos”, “Veneno Vil” y casi al final del evento, Fobia decide tocar sus más grandes éxitos, “Hoy tengo miedo”, “Hipnotizame” y una canción emblemática para un emblemático lugar “Revolución sin manos”.

Todo concluye, el metro y el metrobus pululan de quienes fueron a evento, al parecer la tolerancia y el respeto así como comenzaron, se han terminado. Empujones y gente con copas de más viaja en los trenes sosteniéndose de un tubo rezando no caerse.

Artistas, como Ely Guerra, Kinky y Fobia,  crean un ambiente de paz y amor. Lo buscan y lo tratan de ejecutar, pero a veces es imposible llevarse a cabo y más en una sociedad como la mexicana, donde la discriminación y la homofobia llegan a niveles altos. ¿Será posible hacer conciencia de aspectos como el VIH y el sida, en una sociedad que por tener frente a ellos a un homosexual se creen con el derecho de gritarles putos?

Este tipo de eventos siempre son buenos intentos de hacer conciencia y de poner el ojo en problemas sociales, pero al parecer la gente aún no está preparada, pues en vez de leer «Mantén la promesa», leen concierto gratis. Dicho evento fue un concierto de primera para asistentes no tan de primera.