Metric y el arte de la duda

Metric nos presenta su séptimo trabajo largo que lleva el nombre de Art of Doubt, que fue presentado el pasado 21 de septiembre y que nos entrega 12 piezas que llegan bajo la firma del productor y bajista Justin Meldal-Johnsen, quien parece ser la mejor opción para los canadienses, pues en su currículum podemos encontrar bandas como Paramore o M83 y que hacen un excelente previo para el trabajo que ahora nos entregan.

El disco puede ser dividido en 2 grandes partes; la primera, mucho más “cyberpunk”, con canciones que te remontan a un futuro post apocalíptico. Música para conducir tu pod en la noche por una carretera llena de vehículos destruidos mientras te diriges a una de las pocas ciudades que quedan en pié. Esta primera mitad, más rockera, está inundada de guitarras, baterías y bajos más agresivos; es cierto que los sintetizadores y las programaciones se notan y son bastante obvios, pero las canciones tienen una energía más dura, con más urgencia, que necesita gritar.

Después llega una segunda parte mucho más queda, que susurra al oído mientras estás al lado del camino por el que antes conducías a altas velocidades que sólo un vehículo del futuro puede proporcionar. Pero ahora te encuentras en un momento mucho menos furioso, con más dolor, quizá, pero con el mismo sentimiento del disco en general. No se puede decir que esta segunda parte sea mejor o peor, pero sí se puede asegurar que los sencillos y las canciones que te atrapan se encuentran en la primer parte de la producción.

Metric.
Metric.

El arte de la duda” sólo está en el nombre, porque el disco se escucha seguro, entero, consciente y claro de lo que te lanza en la cara. A veces a gritos, otras veces con más calma, pero siempre con el corazón y la sensación en la mano. Emily Haines se reconoce tal cual es, acepta sus errores, sus defectos y la totalidad de lo que la conforma, pero eso no la hace compadecerse de ella misma, sino que la brinda de una fuerza y una entereza formidable para enfrentarte directamente.

“No permitiré que mi corazón se detenga, no permitiré que mi aliento se acabe” es la frase nos canta Haines y que mejor resume la energía de la producción, porque está cargada de un auto reconocimiento profundo, sanador y que permite seguir con el camino sabiendo de los viejos fracasos, entendiendo las consecuencias de nuestros actos pero con ganas de hacer frente a nuevos retos.

Este esfuerzo, de los también miembros de Broken Social Scene, es bastante recomendable para atrapar nuevos escuchas, además de que viejos fans estarán bastante complacidos por su calidad, al tiempo de que limpia un poco el sabor agridulce que nos habían dejado con Pagans in Vegas.

 

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