Migos – Culture II

Migos en poco tiempo se ha convertido en un nombre de mucho peso en la industria, no solo del Trap y del Hip Hop, sino de la música en general. Solo falta ver sus entradas en Wikipedia en la sección de featuring, de todos los sencillos en los que han participado, sin contar también las menciones que tiene Quavo como productor.

Entonces por “creatividad” -entrecomillado para entender una situación cuantitativa, no cualitativa-. Todo esto entender la rapidez con la que sacan su siguiente LP después de Culture, el disco que lo cimentó en el lugar donde están al día de hoy, porque fue de esas pocas veces que la crítica y las ventas contaban la misma historia. Algo que cada vez aparece con menos frecuencia.

Entonces Culture II creó mucha expectativa, uno de los discos más esperados del año. El resultado es largo, excesivo. Un LP de 26 canciones, 106 minutos que se hacen muy pesados. Escuchar todo el disco de corrido es una tarea titanica. Son demasiadas referencias a artículos de lujo.

Todos lo que ha hecho Migos hasta el momento se ha exponenciado por la cantidad de temas, ese «Migos Flow», esa manera en la que manejan los Triplets -algo que hacen tan bien que hasta parece que se nos olvida que Bone Thugs -n- Harmony hicieron de esto una carrera… antes que cualquier banda de Atlanta-, esa fluidez con la habilidad de realmente contar algo, junto con todos los vicios del género, donde a veces la repetición es excesiva, pero a veces logran contar una historia. Los Adlibs también abundan en especial los de Offset.

Sin embargo este álbum tiene algo muy rescatable y es Takeoff, después de pasar más desapercibido como el «otro» de la banda, en especial después de que en «Bad and Boujie» -el hit más grande del grupo, que incluso fue la razón de ese enfrentamientos con DJ Akademiks y Joe Budden de HipHopDX– no participara. Ahora sé, más que lucirse, que sigue estando a la sombra de los otros dos -no tiene una relación como la de Offset con Cardi B o no es el invitado en todos los hits populares como Quavo.

Es el que demuestra más rango, los otros dos ya encontraron y se casaron con su estilo, él se adapta más al beat, no viceversa. Sigue siendo alguien que maneja los Triplets como todo buen trapero que se respete -y hasta más que el promedio, por eso el grupo es uno de los mejores referentes del género, como Gucci Mane o Fetty Wap– pero capaz de adaptarse al beat. Que los otros dos se casaran con su identidad, le permitió a él afianzarse en la suya.

Uno ejemplo de esto, donde se nota cada flow particular es uno de los sencillos y mejores tracks del disco en «Stir Fry», cada uno con un verso y Quavo en el coro -el blueprint de este disco- pero se escucha fresca y diferente para el grupo, un beat menos sombrió, se nota la mano de Pharrel, que suena diferente a lo que acostumbra hacer Quavo con DJ Durel -los que tienen la mayoría de los créditos en producción-, es de esas veces que se nota que son un grupo, a diferencia de todos los featuring que acostumbran todos los discos de hip hop.

Que es otra de las pruebas del exceso de este disco, siete canciones donde alguien aparte de ellos tiene un verso, y no importa si alguien mas mainstream, y consagrado como Drake o Niki Minaj… o Cardi B; donde por cierto, en «MotoSport» la canción donde estas últimas dos tienen créditos, lo más interesante es cómo sus versos tienen dedicatoria para la otra, pero mas allá es de esas canciones que los detractores del género apuntan más, con todo los vicios de manera superlativa, repetir tanto sin decir nada, las rimas no son las más interesantes, adlibs solos por tenerlos… y que las únicas referencias a un deporte de motor es hablar de sus coches de lujo, ya que Bill Belichick y Mike Tyson –Nicki Minaj siempre a la vanguardia- son los que más escuchas las primera vez.

Por eso mismo, la cantidad de canciones hace que los mejores tracks sean los que más diferentes ya que suenan al trabajo acostumbrado. Por eso el mejor invitado es Post Malone en «Notice Me» y ese beat  latino parece que en cualquier momento va a salir Yandel. No es el único guiño al hemisferio Sur, «Narcos» también es de los más rescatatables. Entre tantas canciones acabas pensando que el trabajo de la producción es inferior, ya que no logra mantener el ritmo de la primera mitad del álbum.

Incluso teniendo canciones por tener canciones, todo lo que sigue de «Notice Me» sobra… y algunas otras canciones en medio. Es un disco raro, no es un mal trabajo, pero ese exceso en todo lo que hace, los arrastró a hacer esto, queriendo romper el esquema del disco pasado. Ese que tuvo nada más 13 tracks y estuve en los tops de lo mejor del año y de lo más vendido. Por regla general -con contadas excepciones- en el Rock los álbumes dobles son un riesgo muy grande del que pocas bandas lograban salir avantes. En el Hip Hop parece que es igual.

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