Uno de los debuts más esperados esta primera mitad del año sin duda fue el de Muzz, la megabanda conformada por Paul Banks (Interpol), Josh Kauffman (Bonny Light Horseman) y Matt Barrick (The Walkmen), y es que su sonido alternativo y melancólico tiene la mezcla más adictiva y perfecta de los estilos de los tres músicos: la voz/letras de Paul, la maestría instrumental de Josh y el dinamismo inigualable de Matt en la batería. Estos tres grandes se conocen desde la infancia y han convivido y trabajado juntos a través de los años en distintos proyectos, sin mencionar la amistad que los une.
El pasado 5 de junio estrenaron su primer LP homónimo y tuvimos la oportunidad de platicar con Kauffman sobre todo el proceso creativo y cómo se fue cocinando y consolidando Muzz poco a poco y con qué objetivo, además de los retos a los que se enfrentaron escribiendo este material.
RK: ¿Cómo se sienten de lanzar el álbum en medio de una pandemia?
Josh Kauffman (JK): Esta banda es un proyecto que siempre quisimos hacer porque nos queremos mucho y queríamos hacer música que amáramos juntos, por lo que pienso que hay mucha calidad en este disco, y agradezco haberlo hecho antes de que pasara todo esto, pero ahora honestamente se siente raro hablar de un disco en medio de lo que sucede.
Es curioso porque un álbum comienza a ser creado en un cierto momento y después va tomando vida con el tiempo y se adhiere a cosas que están pasando, así que el viaje siempre es diferente con cada persona que lo escucha, pero justo hay unas líricas que dicen “I want everything like it used to be” y es una frase que una semana podría significar una cosa y algo totalmente diferente la siguiente, entonces es muy interesante como todo eso toma lugar, pero nunca adivinaría que hablaríamos o que lanzaríamos un disco en medio de todo esto.
RK: ¿Cómo fue el proceso de creación?
JK: Fue algo muy casual, nunca hubo un sentimiento de presión porque lo hicimos porque queríamos, porque queríamos hacer música juntos y cada quien de verdad se tomó el tiempo para este proyecto. De entre todas las ocupaciones y giras que tenemos con las otras bandas que igualmente nos importan y amamos mucho, lo hicimos prioridad porque es una ley de la vida que siempre encuentras tiempo para todo lo que te importa, así que fue muy emocionante encontrar el tiempo para esto. Se sintió como una especie de escape porque es una comunión que hemos tenido por mucho tiempo. Sólo éramos nosotros, nuestro ingeniero y nuestro co-productor, nos juntábamos algunos días cada cierto número de meses para escribir y creo que fue un proyecto muy especial en ese sentido.
RK: ¿Cómo es diferente Muzz de los otros proyectos de los tres y qué lo hace especial?
JK: Siento que uno de los factores más importantes es la amistad que he tenido con Paul desde que éramos niños y el crecer juntos ha sido algo muy gratificante, y también pienso en lo fan que era de Matt desde hace como 20 años y es increíble que al final él fue quien hizo y juntó este proyecto. Todo eso es algo muy especial, así que supongo que desde hace mucho tiempo nuestra dinámica emanaba una cierta magia, un bien, y con este disco ya en forma podemos ver esa magia más clara, además de que es un proyecto distinto musicalmente de todo lo que he hecho antes.
RK: ¿Cómo fue el proceso de escribir las letras?
JK: Paul es el letrista de la banda, y él se maneja como si las líricas y la melodía fueran una misma, van conectadas, entonces si alguna vez le pido que cambiemos algo en las líricas, significa que también va a cambiar la melodía, y es un proceso suyo que amo y respecto. La parte en la que fue algo comunitario fue por ejemplo en ocasiones cuando Matt o yo le decíamos a Paul que alguna letra no nos estaba dando el sentimiento apropiado para la canción, entonces lo discutíamos. Las líricas son más una discusión entre los tres como la habría en cualquier otra banda.
RK: Volviendo al sonido, ¿cómo funcionó la inspiración mientras lo escribían? Porque obviamente hay mucho de Interpol, hay mucho de Bonny Light Horseman y mucho del estilo natural de Matt en la batería, ¿qué más tomaron en cuenta?
JK: Es difícil decirlo porque llevamos tanto tiempo en la música escuchando tantas cosas diferentes que hemos filtrado todo eso escribiendo para nuestros otros proyectos, así que creo que una cosa que encontramos para Muzz, es que ahondamos en muchos discos que nos gustaban en nuestra infancia y en el cómo resuena esa música ahora en la actualidad para nosotros. Estábamos desesperados hacer música que se sintiera así, atemporal, eterna. Definitivamente hay mucho de Bob Dylan, Stevie Wonder, Neil Young, y más cosas con las que Paul estaba obsesionado cuando era niño, creemos que es música con mucha personalidad y muy directa.
«Tres es el número perfecto en una banda. Con tres miembros siempre puedes romper un empate y podemos complacernos entre nosotros.»
RK: ¿Con qué retos se encontraron al hacer este disco?
JK: Principalmente con la planificación y horarios, porque lo hicimos por nuestra cuenta y todos estábamos ocupados con las otras bandas y nuestras familias, así que fue difícil encontrar tiempo, pero el trabajo en sí fue muy armonioso y si hubo alguna clase de conflicto fueron acaso sólo conversaciones con Paul sobre cosas en las que nos sentíamos diferentes, pero nunca había tensión, sino que eran sólo conversaciones, y toda esa armonía es algo que le atribuyo a la amistad que hemos tenido por tanto tiempo.
RK: ¿Por qué consideran que Matt fue el pegamento de Muzz?
JK: Fue el hecho de que Matt y yo habíamos estado haciendo música juntos desde hace mucho pero no teníamos idea de que surgiría este proyecto y al mismo tiempo, él y Paul lo estaban haciendo independientemente de Banks & Steelz desde antes, hasta que Matt dijo “oye deberíamos traer a Josh a que nos ayude con algunas cosas,” y de ahí ya se dio muy rápido todo.
RK: ¿Qué harán cuando termine el encierro y qué planes futuros hay?
JK: Te diré que deberíamos estar ensayando ahora mismo para el tour que empezaría el lunes, teníamos muchas fechas así que no sabemos cuándo reanudaremos eso, pero si pudiéramos mandar un mensaje es que estamos mucho más que emocionados por tocar en vivo la música en la que tanto trabajamos.