Imagen destacada: un par de fans de Justin Bieber que reflejan nuestro sentir
Dulces y gloriosos fueron aquellos días en los que el precio de un boleto para cualquier festival era único y fijo en todo su tiempo de venta, bueno, con la excepcional costumbre de subirle unos 50 o 100 pesos más el día del evento para sacarle provecho a los despistados, pero, no hay pedo, lo pagas. O la venta a ciegas; la favorita de los fans from hell; boletos más baratos, con una condición: no saber absolutamente nada acerca del lineup, solo rumores, pero, tampoco importa, lo pagas, porque quieres, porque puedes y porque le has dado tu confianza entera al festival, además, ¡vas a tener tu boleto antes que nadie! Entonces eso te hace especial, casi como un elegido y tocado por dios; no estás feliz por haber pagado menos, bueno, sí un poco, pero lo estás más por presumirlo antes.
Sí, es como aquel producto mágico de Starbucks con temática de unicornio, bebida que por ser limitada automáticamente generó la necesidad de ir corriendo por ella; aunque no supieras de qué estaba hecha, aunque ni siquiera te gustaran los unicornios, pero, es algo que no va a regresar jamás entonces, ¿¡Cómo ibas a dejar pasar tal oportunidad!?
Y por supuesto, para los organizadores sería un placer hacerte sentir especial en todo momento (esto no aplica con las interminables filas de los baños o la cerveza con medio litro de agua) entonces: ¡Hola fase 1, 2, 3, 4, 9, 1000!, y antes de preguntarte qué es todo eso solo piensas en correr por tu boletos de fase 1 porque, recuerda, son limitados y hay miles de personas en la misma postura y al mismo tiempo, entonces tú necesitas y debes conseguirlo antes de que se terminen porque no quieres que te los ganen, ni quieres pagar más, ¿cierto?
Claro que no es una novedad, ni en México ni en otros países, tampoco estamos descubriendo el hilo negro del “monopolio” al que en cuanto publica sus bonitas etapas le mientas la madre en un comentario pero, igual lo vas a pagar, en la fase 1 o hasta la 26, y si eso pasa entonces el culpable serás tú porque, el festival te lo advirtió, quisieron consentirte y tú, bueno, no aprovechaste su gran oferta. Entonces eres mal “fan” y te toca poner más, te lo mereces absolutamente.
¿Pero qué le vamos a hacer, verdad? Dirían sus mamás, las que les ponen la mitad del dinero para el boleto.
Acostumbrados estamos, pero la extrañeza volvió hace unos días cuando se anunció que alt-J volverá a la Ciudad de México y a Monterrey en junio, vaya noticia inesperada, si te los perdiste en el Corona Capital 17, entonces esta es tu oportunidad. Todos contentos, todos muy felices, hasta que… sí, las fases hacen presencia, en un show. Espera, ¿qué? ¿También tenemos que soportar eso ahí? Ese gran amor y emoción se fue a un 50/50 con comentarios y quejas sobre nuestras poco queridas pero aceptadas fases o etapas, a las que no queremos, pero tampoco vamos a dejar. Nos vemos en alt-J.
PD. Y en todos los próximos conciertos (no festivales) en los que nos van a meter fases.