Por: Andrea Lea
Durante muchos años los estereotipos limitaron la representación LGBTQ+ en la televisión y la música, por eso recurrimos siempre a los mismos artistas representativos y, quiero aclarar, por ningún motivo le estoy restando importancia a la gente que se plantó con valentía y libertad enfrente de las cámaras para declararse homosexual, bisexual o QUEER; sin embargo, creo que llegó el momento de que la gente que nos representa sea tan diversa como lo somos todos quienes formamos parte de la comunidad.
Desde mi experiencia, puedo contar que he escuchado artistas cuyo trabajo no me encanta pero se convierten en un buen tema de conversación simplemente por ser parte de la comunidad. Estamos tan escasos de representantes, especialmente de mujeres, que cualquier persona LGBTQ+ que ofrezca visibilidad, se convierte potencial ícono de la comunidad. A lo que voy es que no por ser gay, lesbiana, bisexual, o trans, significa que escuchamos a determinados artistas; así como ser heterosexual no limita nunca el catálogo musical de una persona.
Gracias a la última década caracterizada por las luchas en pro de la igualdad, la música popular movió sus reflectores un poco y cada vez se enfoca más en las voces de color, trans, no binarixs y QUEER.
Como primer ejemplo quiero compartir el trabajo de Arca, uno de los artistas más impresionates porque se mueve con soltura en muchas esferas artísticas; nada más para que midan el nivel del que hablo, debo mencionar que sus producciones las ha trabajado con gente como Björk y Kanye. Por otra parte, su música desafía los géneros de la misma manera en que él lo hace con su expresión y es el modelo perfecto de una generación que ya no cabe en las etiquetas impuestas por el pasado.
Pienso que mientras nosotros nos apropiamos de nuestra identidad y ocupamos los espacios que nos corresponden en la sociedad, las personas LGBTQ+ que se encuentran en el ojo público se muestran también más segurxs y audaces para ocupar sus espacios y por lo tanto, la representación también se ha vuelto un ejemplo más auténtico de la comunidad mundial.
Una de mis favoritas es King Princess, porque desde el inicio de su carrera se declaró abiertamente homosexual y no binarix. Tanto su música como sus redes sociales son espacios de irreverencia en donde toda la temática LGBTQ+ se aborda con tanta naturalidad, que casi parece activismo. KP maneja un estética bastante atrevida y mutable que juega con la cultura drag y los roles de género, estos elementos la han llevado a publicaciones tan importantes como la British GQ. Su música no se aleja mucho de esas mismas vibras y la prueba está en que antes de que la pandemia por COVID-19 causara la cancelación de todos los eventos masivos, se había anunciado su gira por todo Europa junto a Harry Styles.
En el primer momento que me preguntaron si tenía novio en una entrevista dije que no, que tenía novia, y ahí comenzó un largo camino de un activismo no abanderizado, porque para mí lo vivido es muy normal. Mi política es demostrar quién soy sin una queja, decir que he sido muy feliz siendo lesbiana. Creo que hay que ir por el lado positivo de todo lo que me ha entregado el amor, más allá de quién sea
-Javiera Mena para EL PAÍS
Tal como lo dice Javiera Mena, hay activismo intrínseco en ser un artista abiertamente LGBTQ+ pero es algo que nosotros agradecemos infinitamente.
Yo mencioné a tres artistas que me gustan , emocionan y me parecen dignxs representantes de la evolución de la visibilidad de la comunidad pero no olvidemos a la gente como Frank Ocean, Janelle Monáe, Mykki Blanco, Le1f e incluso Halsey y Sam Smith porque siempre se han mostrado libres y partícipes en la lucha por la igualdad LGBTQ+.
El universo LGBTQ+ es tan rico y diverso que me entusiasma ver cómo poco a poco se consigue la representación necesaria para que las futuras generaciones crezcan sin miedo ni prejuicios por ser quienes son.