Marshall Mathers, mejor conocido como Eminem, nos entrega su décima producción con el claro objetivo de cumplir con el viejo adagio que dice: “la mejor defensa es el ataque”, canciones inundadas de críticas duras y hasta ofensivas hacia otros raperos, sus propios escuchas y la escena de la música moderna en general.
En primera instancia, incluso antes de reproducir el disco, se nota clara la referencia que hace con su portada al clásico de los Beastie Boys, License to Ill, pues muestra la parte trasera de un avión con una tipografía en un logo muy particular. Esta es la imagen que precede al disco Kamikaze de Eminem y que no logra prepararnos para lo que se está a punto de escucharse.
El álbum fue lanzado sorpresivamente el 31 de agosto de 2018 y representa un gran cambio en la forma en que el artista ha entregado su música, pues Mathers nunca había seguido ninguna “estrategia” fuera del protocolo “tradicional”. El título de este disco pareciera que responde a la cantidad de odio que posee y que pudiera reflejar el deseo de Eminem por estrellar su carrera contra la de muchos otros de los que habla en estas canciones.
Es de reconocerse que el cantante nunca se ha caracterizado por ser el más tranquilo o más sensato dentro de la escena del rap y hip hop estadounidense, pero también es de reconocerse que en esta entrega la ira está a flor de piel, desde su primer segundo hasta el último. No se puede decir que es un mal álbum, pero sí esta tan cargado de odio y resentimiento que en ocasiones es bastante pesado de escuchar.
De manera evidente, el fracaso de su producción previa fue un golpe muy duro para el rapero blanco y este resentimiento se descarga “con lo primero que se le vino a la mente” como bien establece desde su primer pieza. Las respuestas a las críticas hechas hacia su material Revival se pueden escuchar durante los 13 momentos de su disco y al mismo tiempo hace ataques directos en sus líricas hacia personalidades específicas de la escena, llegando a hacer ataques homofóbicos hacia el rapero Tyler, The Creator originario de Los Ángeles.
Aunque es irónico el despliegue de rimas insidiosas, pues el disco cierra con una canción contenida en el soundtrack de la nueva película de anti-héroe: Venom.
Sería arriesgado criticar esta entrega como el peor álbum de Eminem, pues, además, este título ya lo ostenta su esfuerzo previo, pero sí se puede asegurar que no es un material que se pueda recomendar para atrapar nuevos escuchas. Kamikaze es, en todo caso, un buen material para echar el chisme junto con el rapero, para criticar y desahogarse un poco sobre lo mal que se encuentra el género, pero sí es indispensable que ya se conozca previamente sobre los nuevos artistas, sobre los ya viejos conocidos y sobre los enemigos artísticos de Marshall.
Este disco, podría decirse, en todo caso, que es un trabajo muy personal, que sirve para sustituir las visitas al terapeuta y que debe ser escuchado desde esa filosofía si no se quiere caer en un hartazgo por parte del escucha, pues a pesar de la gran calidad del rapero en lo que a sus rimas y velocidad conciernen, ciertamente es bastante difícil escucharlo de principio a fin.
