El cuarto disco de Pedro Piedra lleva por nombre Ocho y son ocho las canciones que lo integran. Previamente habíamos podido escuchar dos de ellas, «La Balada de J. González «y «Todos Los Días», ésta última mi favorita de todo el disco, por ser la más bailable y alegre de las siete restantes.
El disco comienza con «Todos Los Días» cargada de energía, algunos toques de funk con un coro que se te queda grabado en la mente:
«Todos los días, si pudiera, volaría libre de cadenas, que todos digan lo que sea sólo quiero vivir a mi manera».
Empezar de esta manera el disco me parece una buena idea, con un ritmo que te atrapa desde el principio y te invita a continuar.
Para «Pelusita» perduran las líneas de bajo que coquetean con el funk. Seguimos con estas frases con las que uno se siente identificado:
«Cambiar silencio por gritar es normal para ti que solo piensas en volar»
¿Cuántos de nosotros preferimos tener la cabeza en otro lugar? Volamos, imaginamos, nos escapamos constantemente a otros lugares, necesitamos movernos, cambiar de aires y dejarnos llevar por la imaginación. Lo que precisamente nos provoca esta canción.
Sin darnos cuenta, entramos a «Lluvia Sobre el Mar» y hay un momento que pareciera ser la contra parte de las dos canciones anteriores:
«Vives huyendo del mundo pero el mundo de pilló»
Además de ser notoriamente más lenta que las anteriores, esta canción tiene un tono más oscuro que se impone con ello te sigue teniendo atrapado en el disco.
Después de estas primeras canciones, Pedro Piedra ya nos tiene atrapados para traernos «Rayito/Olita», aquí comienza lo extraño:
«Me perdí en una ballena gigante buscando un diamante fosforescente»
Toda la canción es más o menos lo mismo, personalmente no es una canción que me haya agradado.
Y así pasamos la primer mitad del disco y comenzamos la segunda, con una canción que ya habíamos escuchado «La Balada de J. González» que es un homenaje a quien fuera el vocalista de Los Prisioneros. Un tema un poco más serio, con ritmos andinos y guitarras acústicas, un lindo homenaje a Jorge González «un cometa en el oscuro cielo austral».
Esta segunda mitad parece ser quien lleva el lado serio del disco y así continua con «Era Tú vida», en la que predominan los sintetizadores y frases como:
«Pongo todos mis secretos en bolsas negras que tengo que esconder»
Aquí te encuentras con dos caminos, dejas el disco por la buena o avanzas y terminas lo que pueda traer el cierre de este nuevo disco de Pedro Piedra. Si aún no lo has escuchado, no te rindas acompáñame a terminarlo.
«Oye, abre la puerta si lo que buscas no será lo que te encuentras»
… así nos recibe la penúltima canción del disco, consolidando la parte sería y oscura de Ocho. Después del baile, de lo emotivo y lo raro, viene «Loco» que bien podría ser la moraleja de todas las canciones anteriores. Un momento para descansar y «tratar de convertir en aire tu dolor». Es una muy buena canción que pudo ser la última, pero el chileno nos tenía preparado un cierre distinto.
«Matando el Tiempo» eso es lo que estuvimos haciendo durante todo el disco. Digo esto, por que no puedo mentirles. El disco es bueno, interesante y bien hecho, pero no es algo que vaya a marcar tu vida o definir tu estilo musical o tus gustos.
Si eres fan de Pedro Piedra el disco seguro te ha encantado, sin embargo, si eres nuevo en su trabajo, podrá parecerte un disco más, entre los muchos que salen constantemente. Está ultima canción mezcla un poco de todo lo que nos había mostrado en las siete anteriores. Tiene tonos serios, pero un ritmo en movimiento. Regresan los coros femeninos que tanto nos gustaron en «Todos Los Días», regresan algunas trompetas también y se hacen nuevamente presentes las flautas andinas. Es la consolidación de todo lo anterior, un resumen de la cuarta entrega de Pedro Piedra, un buen cierre para un buen disco.
Como siempre tú opinión es la más importante, así que acá de dejamos el disco para que lo escuches por ti mism@ y nos des tú opinión.
