El dúo de electro pop, Phantogram, regresa a nuestros oídos después de cuatro años con su nuevo álbum Ceremony, un disco lleno de experimentación y más alegría que antes, claro, siempre con esos escenarios oscuros que se han convertido en un sello característico de la banda. Sarah Barthel ha mencionado en distintas entrevistas que este nuevo disco representa por completo el significado de la banda y ella junto a Josh Carter procesaron sus emociones a manera de ritual en las 11 canciones que conforman la obra.
Ceremony comienza con “Dear God”, una canción popera que se convierte en un gran inicio para el disco. La voz de Sarah tanto aquí como en el resto del álbum mantiene un gran protagonismo y transmite muchísimas cosas a través de sus cambios en tono y ritmo. “In a Spiral” se siente completamente como esa ansiedad que las redes sociales llegan a causar. Intensa y fuerte, una mezcla entre electrónica y rock a lo que Phantogram ya tiene como su sello.
El disco continúa con “Into Happiness”, esta canción fue escrita por Sarah para su hermana, quien lamentablemente falleció. Más que ser una canción triste, es una canción de esperanza, de entendimiento de que pase lo que pase, el tiempo se hará cargo de reconstruir los pedazos del corazón para sentir felicidad poco a poco. Su voz nuevamente nos transmite toda la potencia de la canción y nos hace sentir en paz junto a ella.
“Pedestal” agrega las distorsiones más pesadas al disco, a veces, considero, que más de lo necesario. Esta canción le da paso a “Love me now”, en donde las cuerdas toman el protagonismo, los cambios de ritmo te sacan de la zona de confort y las trompetas te vuelven a centrar en la canción. Como toque rockero al álbum, esta canción nos ofrece un fresco y potente solo de guitarra.
Continuamos con “Let me Down”, que se distingue por los sonidos ochenteros en los teclados, las distorsiones y un cambio brutal de rimo a algo mucho más obscuro que no van tan de la mano a la manera de empezar de “News Today”, que resulta en un interludio onírico no precisamente feliz, más como un mal sueño en el que recuerdas a alguien que ya no está y tienes que navegar en esa tristeza y desesperación. Para “Mister Impossible” las trompetas y percusiones son las protagonistas aparte de que finalmente escuchamos a Josh Carter. Esta canción es un diálogo entre Sarah, Josh y todos los instrumentos.
“Glowing” por otro lado, rompe completamente con la dinámica del disco. Balada en piano y violines acompañan a Sarah en este viaje. Escrita por el increíble compositor y pianista Ólafur Arnalds, es una canción triste, un grito de ayuda a cualquiera que esté escuchando. “Gowing” te hace sentir muchas cosas, es una canción con alma, sin embargo, desentona mucho del resto de Ceremony.
Las últimas dos canciones del disco son: “Gaunt Kids”, en la que pasan demasiadas cosas durante sus tres minutos. una sucesión de preguntas y respuestas un diseño sonoro que te lleva al mar y cambios de ritmo abruptos. Y finalmente, “Ceremony” es posiblemente la mejor canción del álbum, que aunque también lleva un desarrollo progresivo bastante notorio, parece más coherente que el resto del álbum. Percusiones y simples al inicio le dan su espacio a la voz de Sarah, la cual poco a poco va cediendo ese lugar a la música, la cual tiene un final catártico, intenso y atascado lleno de solos y donde cada instrumento se luce.
La intensidad de cada una de las canciones de Ceremony es admirable, sin embargo, no creo que sea específicamente un disco que se tiene que escuchar de corrido, en realidad las canciones tienen más poder de manera individual que como disco. Mientras lo escuchaba no dejaba de pensar en que me sentía como en una película de acción o post apocalíptica donde cada canción es ilustrada por una persecución mortal o algún momento igual de fuerte, pero después sentirme de esa manera por más de 10 minutos, como pasaría si estuviera viendo una película, dejó de tener tanto sentido y emoción y se volvió un poco repetitivo.
Y ojo, no es que las canciones sean iguales, porque cada una experimentó con sonidos y capas distintas así como instrumentos y sentimientos, sin embargo. parece que debajo de todo eso hay una fórmula que se siguió religiosamente durante todo el álbum con ciertas excepciones. Aún así, recomiendo que ustedes mismos lo escuchen ya sean fans o no de la banda, pues es un disco que sin duda, da una gran imagen de lo que es Phantogram.