Por: Mariana Velasco
Protistas es una banda que fue desarrollando su sonido poco a poco, sin dar grandes sorpresas o sustos de un disco a otro. En sus inicios, su rock era muy alternativo y no sonaba muy personalizado que digamos. Con el paso del tiempo se fue consolidando hasta que encontraron su camino. Microonda es su cuarto álbum de estudio, y el primero desde que su ex guitarrista Julián Salas dejara la banda; los rompimientos parecen ser el tema central de este disco.
“Gato Mojao” abre Microonda con el sonido característico de Protistas pero con un toque de violines de fondo y una vibra pop. “Entre Los Dos No Sumamos Uno” sigue la misma línea y en sus líricas es claro el tema de un rompimiento amoroso. “Reina De la Ciudad”, “Azumagado”, “De Casa En Casa” e “Historia Natural” tampoco presentan muchas diferencias en cuanto a ritmo; la banda mantiene el mismo sonido de guitarra y beats en la batería.
“Autopista Del Sol”, por su parte, es un track diferente y mucho más movido, quizá un poco bailable: las guitarras evocan un ritmo surf. La letra habla sobre un viaje, que exitosamente se adhiere al sonido y sitúa al escucha en la escena. “Pequeño Pirata” cuenta con la colaboración de Niña Tormenta, una cantante chilena que es amiga de la banda; esta es una canción mayormente acústica, relajante, casi como una canción de cuna. “Madre Joven” tiene muchos sintetizadores y una vibra ochentera. Es bailable y algo pop.
En el tema que le da nombre al disco, juegan con los teclados en sonidos un poco electro pop. En los primeros dos minutos de la canción parecen pura improvisación, hasta que aparece la voz. Álvaro Solar, el vocalista, asegura que este título tiene que ver de hecho con las ondas radiales, pero en el sentido comunicativo, representa la necesidad de comunicar algo y tener un receptor que lo escuche.
Este LP se puede diferenciar en dos partes: en la primera Protistas mantiene su sonido y en la otra experimenta un poco al tomar los instrumentos de forma distinta, a la par que se añaden sintetizadores. Pero como es usual en su música, las letras tienen la carga más creativa e importante. El cuarteto chileno se queda en su línea y nos da un disco para bailar, para relajarse y para romancear: