La mayor parte del ser humano, coincide en que la música puede provocar un choque de emociones y sensaciones que nos puede hacer sonreír, llorar, bailar, gritar, saltar, besar y más; sea cual sea el género que escuchemos. Entre tantas reacciones que puede generar la música en nuestro cuerpo, por ejemplo, que nos erice la piel es una de las más comunes, pues aquí es donde hacemos muy válida aquella expresión folclórica: “Escuché esta canción y se me puso la piel chinita”.

¿Pero te ha pasado que, al escuchar un disco, te lleve a un recorrido en el cual recuerdes tu pasado, sientas tu presente y creas en tu futuro?

Seguramente sí, pero tal vez no como lo ha provocado Route One, de Sigur Rós, un álbum del cual es complicado hablar en términos generales, pues a cada uno le causará sensaciones distintas, ya que es un disco que en su totalidad es sonoro, no podríamos hablar de un tema en específico, un trabajo muy complicado, pero a la vez bastante bien elaborado y nos pondría a pensar si fue creado con el objetivo de causar estas sensaciones.

Esta aventura comenzó en el verano de 2016, la banda realizó una gira de 24 h por toda la costa islandesa, recorriendo más de 1300 kilómetros tocando en vivo. Fue retransmitida por la televisión nacional de Islandia y pudo ser visto en todo el mundo vía YouTube. Titulado como «Route One», el viaje se centró en mostrar los paisajes islandeses. Posteriormente este mismo viaje se redujo a sólo cinco minutos resumido en un time lapse:

Insisto en que es complicado tener un comentario certero de este material, cada quien podrá tener su propio juicio sobre este trabajo, como recomendación, ponte cómodo en un lugar con un ambiente de paz, ponte tus audífonos, cierra los ojos y déjate llevar.

No va a ser necesario que empieces a recordar momentos de tu vida, ellos solos llegarán a ti y seguramente terminarás riendo o llorando, pero constatando el poder que tiene la música en nosotros: