Fotos por Nancy León
Texto por Eric del Rey
Dicen que no hay fecha que no se cumpla y el pasado 27 de julio fue una muy esperada para la fanaticada de la banda mexicana de metal pop alternativo QBO, pues se cumplieron XV años de su formación y qué mejor forma de celebrarlo que con el cierre de su gira QBO Tour XV Años en el Lunario del Auditorio Nacional, con un concierto que duró poco más de dos horas y satisfizo hasta el seguidor más exigente.
Casi 20 canciones resonaron en el recinto con toda la energía que la banda se caracteriza por imprimir en cada presentación, y ahora más, pues una celebración de este calibre no merecía menos que lo que vimos esa noche. Guitarras duras, bajos precisos y baterías firmes fueron entregadas por los tres músicos, que estaban entregando todo lo que tenían en el escenario. No hubo momento que no se notara el esfuerzo descomunal que hacían Toño Ruiz (Guitarra y voz), Tarro Martínez (Batería) y Lu Salinas (bajo) para cumplir con las exigencias de la QBO Army, como después los bautizó Toño.
El show empezó con una tanda de viejitas pero bonitas. “Volver a respirar”, “Mágico” y “Anclas”, canciones que se desprenden de su primer disco, fueron con las que empezó la celebración y también fueron los temas que establecieron el compás de la noche, pues nada declinó en energía a partir de este punto. Toño comentó al terminar estas canciones que si no le daban un mezcal se iba a quedar sin voz, por la potencia que estaba requiriendo para la ejecución de esa noche.
Grandes favoritas del público se hicieron presentes durante todo el concierto, “We are” fue de las más coreadas, “Lo siento” fue un momento de gran conexión con los fans, pues no faltaron las lágrimas entre el lleno casi total del Lunario. Como buena fiesta, esa noche estuvo llena de sorpresas y QBO tenía una muy especial preparada debajo de la manga; la banda presentó un set acústico con temas que no extrañaron la distorsión y que promovieron la unión entre los presentes, además de que las guitarras acústicas no significaron en ningún momento la disminución en intensidad.
“Romper recuerdos” fue la canción que regresó el set a su versión eléctrica, pieza que también fue el primer sencillo de su más reciente producción Inmortal, y que puso a todos a brincar de nuevo. Después siguió “Duele”, que fue el segundo sencillo de su nuevo álbum y que se han estado colocando como nuevas favoritas de los fans, pues no por ser nuevas fueron menos coreadas.
Toda fiesta mexicana de XV años debe tener chambelanes y esta no fue la excepción, primero recibimos en el escenario a Erik Canales mejor conocido por su proyecto Allison, quien tocó la guitarra y cantó en “Fantasma”. Después el escenario tomó un tinte diferente al despedir a Erik y recibir al DJ Cat Scratcho miembro de Lng/SHT y que se encargó de los tornamesas para las últimas dos canciones, instrumento que no se veía en QBO desde su primer gira. “Desvanecer” y “No más” fueron las piezas que despidieron la noche y que dejaron a todos los asistentes en un clímax, pues entre la emoción que transmitían los músicos, la potencia especial que impregnaba el “scratchéo” del DJ y la nostalgia de estos temas; el Lunario se llenó de energía que se desbordaba sin control.
Lo presentes eran seguidores de la banda de todas las edades, pues se podía ver que oscilaba entre casi treintañeros hasta jóvenes que no cumplían con la mayoría de edad, lo cual ratifica la calidad de música que ha estado entregando esta agrupación desde el 2003 que lanzaron su primer material hasta este último disco que, aunque fue entregado en el 2017, hasta este año vio la luz su producción física.
La banda se despidió muy contenta y no dejaron de agradecer a los asistentes por estos años y por haber acudido esa noche que, según Toño, no sabían si vendría alguien y cómo saldrían las cosas. Al final parece que todo bien, pues todos al salir comentaban lo mucho que les había gustado, y demuestra que tenemos QBO para rato.