La emoción se vuelve canción, el dolor se transforma en arte, y la nostalgia cobra vida en cada interpretación de Diego el Cigala, quien este 7 de mayo regresa a la Ciudad de México para ofrecer un concierto íntimo y conmovedor en el emblemático Centro de Espectáculos La Maraka, acompañado por la legendaria Única Internacional Sonora Santanera.
Esta será su última fecha en CDMX dentro de la actual gira, y promete ser mucho más que un simple concierto: será una noche de comunión con el alma, donde confluyen siglos de historia gitana, pasajes del flamenco más puro, ecos del Caribe y el susurro elegante del bolero latinoamericano. La cita es a las 21:30 horas en Eugenia esquina con Mitla, en la Colonia Narvarte.

UN ARTISTA IRREPETIBLE, UNA VOZ QUE TRASPASA EL TIEMPO
Nacido como Diego Ramón Jiménez Salazar, y apodado “El Cigala” por su tío, este cantaor madrileño de raíces gitanas creció rodeado de flamenco, en una familia donde la música no era un arte, sino una forma de respirar. Empezó su carrera desde niño, cantando en tablaos y acompañando a figuras míticas como Tomatito, Vicente Amigo y Paco de Lucía. Su potencia vocal, capaz de desgarrar y acariciar al mismo tiempo, pronto lo convirtió en una figura imprescindible del flamenco contemporáneo.
Pero Diego nunca se quedó en los márgenes de lo tradicional. Su inquietud artística lo llevó a experimentar, a cruzar fronteras musicales con una naturalidad conmovedora. En 2003, su vida dio un giro con el lanzamiento de Lágrimas Negras, una joya discográfica que lo unió al pianista cubano Bebo Valdés y lo catapultó al reconocimiento internacional. Ese disco no solo vendió millones de copias: se convirtió en un símbolo de la fusión entre el alma flamenca y el sabor caribeño. Desde entonces, El Cigala ha viajado por los sonidos del tango, la salsa, el bolero y la ranchera, abrazando la diversidad musical de Iberoamérica.
UNA LEYENDA VIVA DE LA MÚSICA ESPAÑOLA
Para España, Diego el Cigala representa el alma gitana que se niega a extinguirse, la voz rebelde que honra la tradición pero que no le teme a la transformación. Es heredero de una estirpe de artistas que llevan el flamenco en la sangre, pero que también entienden que la música es diálogo, es mestizaje, es evolución. Su voz es tan cruda como poética, tan visceral como delicada. Ha cantado en los escenarios más prestigiosos del mundo, ha sido aclamado por la crítica internacional, y ha sabido tocar corazones desde Buenos Aires hasta Nueva York, pasando por La Habana, París y, por supuesto, México.
Y es que con México lo une una relación profunda y entrañable. El Cigala ha declarado en múltiples ocasiones su amor por la música mexicana, por su gente y por su folclore. Temas como Se me olvidó que te olvidé, Dos Gardenias o Corazón loco resuenan en su voz con una intensidad que parece hecha para nuestras almas latinas
Para esta velada especial, lo acompañará La Única Internacional Sonora Santanera, emblema de la música tropical mexicana con más de 60 años de trayectoria. Una fusión poderosa entre el bolero desgarrado del Cigala y la elegancia rítmica de la Sonora. El escenario se convertirá en una fiesta de emociones, donde se celebrará la vida, el amor y la melancolía con una calidad musical impecable.
Este 7 de mayo, Diego el Cigala no solo viene a cantar: viene a entregar el alma. En un formato íntimo, cercano y emotivo, esta será una noche para recordar. Una noche para dejarse llevar por la música y sentir que, por unas horas, el tiempo se detiene.
Porque cuando El Cigala canta, no hay frontera, idioma ni corazón que se resista.