Starcatcher, lo nuevo de Greta Van Fleet

Acudimos al listening party de Starcatcher (Lava/Republic Records), el tercer álbum de Greta Van Fleet. Si eres amante del «rock» y quieres escuchar algo nuevo pero que te transporte a los 70s, este album es para ti. Si, en cambio, naciste en los dosmiles y nadie te puso los discos o mp3s de los Rolling, Led Zeppelin, AC/DC, pero quieres saber a qué suena eso que llaman «rock clásico», es la oportunidad para adentrarte en el corazón de este género.

Desde que explotó su carrera con su debut From The Fires, Greta Van Fleet ha cosechado fieles seguidores y críticos férreos por igual. Por un lado, fueron abanderados por el propio Robert Plant, cuando dijo que los chicos de Michigan sonaban a Led Zeppelin I. Por el otro lado, y con la salida de Anthem Of The Paceful Army en el 2018, la banda se vio envuelta en la polémica cuando el disco recibió una de las peores calificaciones en la historia de Pitchfork, el portal especializado, al tacharlos de retrofetichistas, cuyas canciones podían ser escritas e interpretadas por cualquier otra banda de covers.

Ahora, con la presión de buscar su propio camino, pero sin alejarse demasiado de lo que ya conocen, aparece Starcatcher. Al igual que con The Battle at Garden’s Gate (2021), el disco anterior, el cuarteto ha elegido seguir esa historia de amor hacia la música que a ellos les gusta. En 10 rolas, de las cuales ya conocíamos 4, los hermanos Kiszka (los mellizos Josh y Jake, vocalita y guitarrista respectivamente, y el menor, Sam, en el bajo y los teclados) y Danny Wagner (en la batería) logran regresar a sus raíces al mismo tiempo que avanzan, tal como lo habían dicho en un comunicado.

En una primera oída se pueden apreciar con claridad, no solo las referencias ya mencionadas, sino el dominio que tienen de las estructuras del hard rock, del rock progresivo, el soft rock. Y hasta un poco de blues, como en la transicional “Runway Blues”, que dura apenas más de un minuto, y que es un diamante extraño a la mitad del album. Mi favoritas, hasta ahora, sin dudas son «Frozen Light» y «Meeting The Master».

Entender a Greta Van Fleet es entender que la música es interpretación y reinterpretación. No: con Starcatcher la banda no descubre el hilo rojo, ni nos anticipa el porvenir. Más bien, el album es un tributo al rock, o al menos, la reinterpretación de lo que ellos creen es «rock», como concepto. Como idea. Como forma de vida. Así, Starcatcher nos recuerda que no todo es innovación, y que, a veces, se trata de pura nostalgia; que, no hay que olvidar, que lo único que importa o que debería importar, es hacer música con la gente que quieres, tocando las canciones que quieres escuchar.

Tracklist: