«Intenté aislarme pero no logré salvarme». Esta es la primera línea que escuchamos en Tenquén, el más reciente disco de Monstruos del Mañana. Sin yo saberlo, Rodrigo Martínez me estaba recitando las misma palabras en la entrevista que hace poco le realicé, precisamente a propósito de este nuevo material. Ahora con el contexto necesario entendí que para escuchar estas diez canciones debía posicionarme en ningún lado y en todos. Pero eso no es suficiente, la canción que da la bienvenida al escucha, que le otorga el nombre al disco, está llena de frases contundentes que no son más sino instrucciones:
«Cada hombre es una isla que va a la deriva»
Es necesario para los siguientes lugares a visitar que quien escuche se identifique con «Tenquén», pues este primer tema es el único que no tiene ningún referente existente. De hecho es la alegoría propia de quien está próximo a un viaje, sea cualquiera su extensión; principalmente uno hacia el interior de uno mismo. Luego de esta advertencia pasamos a «Charigüé», que toma su honor a la isla argentina del departamento de Victoria. El sentido de Tenquén es retomar, con el nombre, los sonidos de todos aquellos lugares a los que se va a través de este pequeño mapa creado por los Monstruos del Mañana.
De más está decir que la portada es una alusión más a los lugares: una suerte de geografía imaginaria. Un archipiélago musical. Pero es precisamente esto lo que da una experiencia mejor. Si se quiere entender los motivos de selección de dichas islas, los videos cortos en la cuenta de Instagram de la banda es muy generosa al respecto. Ahora toca a quien escucha localizarse en aquellos sonidos, principalmente en la más alarmante y triste de todas las islas: «Lixo do Pacífico», es decir la isla de basura del Pacífico, una de las tantas que existen en los océanos del mundo.
Sin embargo este tema suena sobremanera alegre. Es esa la fórmula que ocupa Monstruos del Mañana para decir lo que tiene que. No siempre el sonido corresponde con el mensaje de la letra, pero también las sonoridades participan en este juego: es común escuchar ritmos latinoamericanos conjugarse y perderse entre el eco de sintetizadores y guitarras eléctricas; compases exasperados precedidos por cantos tribales dedicados al Dios de la Lentitud. Quien sea que se adentre en Tenquén debe estar preparado para lo inesperado, pues no todo es cumbia o coqueteos con batucada, hay son jarocho, chilenas oaxaqueñas y algo de reaggae. Ellos lo nombran como post-apocalyptic tropical garage; y hay algo de cierto en ello pero eso es algo que sólo la creatividad mexicana puede lograr. Lo digo sin temor a equivocarme.
Aunque la voz es algo monótona en la ejecución, los temas valen la pena por que demuestra el temple de los integrantes de Monstruos del Mañana para adaptarse y crear los distintos géneros musicales que evocan. A mi parecer los mejor logrados son «Tenquén», «Juchitán», «El Puerto», «Cienfuegos» y la joya «Mpanga»