No hay nada que probar ya para el rap ni el hip hop, al menos en el plano de la vigencia, de la fuerza y su relevancia en el siglo XXI. Ya no es necesario que un mc se ponga a defender con un rap el valor musical de su género. Hoy, el que arriesga gana, el que reinventa impone. En ese sentido, la apropiación se convierte en la mejor defensa, como lo ha venido haciendo Kendrick Lammar, y como lo ha hecho A$AP Rocky con su tercer disco, Testing.
Probando…probando…. Testing es un disco extraño, distino. Se coloca ahí, en los extremos de lo inverosímil y lo inolvidable. En una primer escucha puede parecer un material básico de colisiones de sonidos, sampleos y muchas muchas letras. Además sus 52 minutos y 15 canciones, lo hacen largo, de difícil digestión, en especial para el público no acostumbrado rap. Sin embargo, hay algo más. Basta una nueva escucha para descubrir que el nuevo material del rapero neoyorquino, quizás, no es un para nada ordinario.
De entrada, tan solo al llegar a los primeros 3 minutos del álbum, y ya suena un un sampleo del clásico del 99 de Moby “Porcelain”. Eso gana suficiente crédito y beneficio de la escucha. Luego los colaboradores. Al mencionado Moby, se le suman FKA twigs (en la hipnótica y trippie «Fukk Sleep»), Skepta (en la exótica y peruana «Praise The Lord»), Codak Black (la lacrimosa y cabizbaja «CALLDROPS») y uno de sus ídolos Frank Ocean (con quien graba «Purity», la rola que válida la espera).
Ahí, en cada una de las confrontaciones musicales, se descubre a un Rocky lúdico, dispuesto a juguetear con los géneros, el trip hop, el trap, el jazz de fondo, el soul; un Rocky dispuesto a conversar con otras voces, y que provoca un disco que no se agota a la primera y en cambio permite el regreso, la disección particular de rolas (como la mía con «Hun43rd» y «Changes») y el descubrimiento de una historia particular que remueve por honesta y no por excesa.
A costa de una estructura que se rompe en cada progresión, pero que funciona como una paleta de sensaciones, Testing prueba que no hay nada que demostrar hacia fuera de la escena, sino hacia dentro. También declara que el rap tiene mucho que dar, mientras que haya gente dispuesta a reinventar la escena y punto.