Fotos por: Brenda Arriaga
El concepto de la Carpa Astros nos parece correcto, mini festivales con bandas locales y bandas traídas de otros países. Aunque la organización tiene que ser precisa y técnicamente perfecta para que todas las bandas suenen de la mejor manera posible. Vulva comenzó el concierto. Aún no había mucho público pero conforme fue avanzando su presentación, el foro fue tomando forma y para sorpresa de muchos, disfrutaron cada canción y observaban como la cabeza de pollo se movía en el escenario con singular alegría y ánimo, Cadáver Exquisito, La Oyuki y Abe Fuzz siempre dispuestos para echar desmadre.
Después de eso, recibimos a una banda con bastante tiempo haciendo ruido: Conflicto de Libertad. Su temática tratan sobre problemática social e inconformidad, acompañados del clásico «tupa-tupa». Este sonido es más característico en las bandas punk de la vieja escuela. Nada de medias tintas, velocidad, distorsión y una letra con contenido, ese es el resumen del punk contestatario en nuestro país. Es de reconocimiento el cover a los Animales Muertos que nos cayó de perlas. Larga vida al punk afilado y no ‘mainstream’.
Los Garrobos no tienen miramientos. El nivel alcanzado por su sonido genera que el crossover venga a mas acompañado, en comparación con la última ola de bandas que han visitado nuestro país. Se nota un apoyo más visible al género, cosa que el Lagarto compartió con el público asistente, «Hacer música en este país es sumamente difícil, entonces a los que le andan dando y a ustedes como público les agradecemos». Justo después sonaba «Sangre», uno de sus clásicos dedicado a la gente que hizo el esfuerzo para asistir desde distintos estados de la República Mexicana. Para este momento los asistentes ya estaban un poco ansiosos por ver a The Adicts. La lluvia se hizo mas fuerte y los penachos y spikes comenzaron a sufrir una desmejora notable.
Después de un largo tiempo a comparación de las bandas anteriores, The Adicts subió al escenario y el show de colores, felicidad, sonrisas y baile desenfrenado comenzó. Keith ‘Monkey’ Warren apareció, como toda la banda, vestido de blanco, pero él portaba una clase de capa que al estirar los brazos hacían unas alas al mero estilo del carnaval de Brasil. Al ritmo acelerado de «Joker in the pack», la gente recibió la fiesta de confeti, serpentina, ofensas, levantamiento de dedo medio y burlas a la concepción actual de la sociedad.
La forma en que esta banda se burla del estereotipo punk, de la idea de lo que tiene y no qué ser es magistral. Todo va de acuerdo al plan. La banda hace gala de sus dotes artísticos y escénicos para engañar a la audiencia. En realidad están escuchando a una banda punk de alta manufactura, pero el mensaje visual es otro: están maravillados con la pulcritud de los integrantes y esto cambia conforme el contenido de las canciones.
Del mismo modo, Monkey va transformando su propio maquillaje en una imagen decadente y psicótica de sí mismo, haciendo de cada tema una obra teatral musicalizada. Cuando lanza las cartas de baraja al público podemos tomarlo como un hecho sin importancia o darle un peso específico sobre la carta que nos haya tocado. Si eres de los afortunados en encontrar al «Joker» puedes tener un souvenir de culto dentro de los expertos en la materia.
El maquillaje empiezo a escurrir. En canciones como «Johnny was a soldier», «Too young» y «Numbers» rompieron en círculos de slam y lluvias de algún líquido, dejemoslo en agua, cayeron sobre nuestras cabezas. Para ver a una banda como esta debes de quitarte la idea de que el punk de The Adicts tiene algo que ver con la revolución que tienes en la mente: la de esta banda es la revolución de la sonrisa y de la felicidad burlona, de cómo cambiar la mente de esa gente tan inconforme o enojada de pelos parados en una convivencia violenta sin agresión.
El tipo de revolución que propone The Adicts es básicamente sentirse feliz de que tú, en el esquema actual, eres un número más y no lo vas a poder cambiar. Por tanto deberíamos dedicarnos a pasarlo bien y decirles dos que tres mentadas de madre a los que tienen el sistema controlado. Si bien este proyecto comenzó en escenarios de Centros Cívicos, parques del pueblo y municipios donde el punk estaba y sigue estando vigente, ahora ya es momento de que los empiecen a poner de moda y que se conviertan en la playera mas vendida de la historia, porque se lo merecen