Totally Enormous Extinct Dinosaurs es como Orlando Higginbottom decidió nombrar a su proyecto como productor. Le puso así porque no es divertido ni atractivo. Desde siempre quiso hacer música sin tener que preocuparse por lo que la gente pensaba de él, entonces, “teniendo un nombre como este, nunca podría ser cool y eso es un alivio”.
Toda su vida ha estado rodeado de música. Su padre es músico y desde muy pequeño le inculcó la música. En su casa siempre había un disco en el reproductor, hábito que sus hermanos siguen practicando. Tenían tres pianos, por lo que le encanta la música clásica, género que intenta aterrizar en la música electrónica.
Lo que más le gusta de ser DJ es conocer el mundo y hacer amigos de todas partes, pero el calendario puede resultar difícil, pues no es un trabajo de lunes a viernes o con un horario definido. “A veces desapareces por tres semanas o estas de tour durante un año. Es difícil mantener una relación, ver a tu familia y amigos”.
“Si sigues a Dios, a tu corazón y haces lo que crees que se siente bien, entonces serás diferente a los demás y triunfarás.»
Aunque es productor, debido a toda su formación, lo que más le gusta hacer es escribir canciones. “Me encanta ser DJ, es una de mis pasiones, pero mi parte favorita es cuando estoy escribiendo una canción y de repente se convierte en algo real.”
Por el momento sólo tiene un álbum completo y varios EP’s. Todos sus discos le encantan, pero está especialmente orgulloso de Trouble. “Hay cosas que cambiaría ahora, pero suena bien”.
Estuvo un par de años sin lanzar material nuevo. “No podía hacerlo, no sentí que fuera posible en mi cabeza y en mi corazón. No podía concentrarme en hacer música, incluso cuando ya tenía alguna terminada”. Pero ahora está muy feliz de lazar música de nuevo y no tiene intención de volver a tardarse tanto tiempo.
El proceso de composición de uno de sus más recientes sencillos “Don’t you forget abour me” fue muy orgánico. Comenzó con una idea muy diferente del resultado final. “Primero hice las vocales que están al inicio y le puse muchos instrumentos. Los quité y dejé el coro nada más. Después me surgió la idea de hacer algo sin batería, entonces al principio no los tenía, sólo guitarra y así. Cada que algo bueno pasaba, lo grababa y me deshacía de lo que no era bueno.”
Para esta canción colaboró con dos personas que admira mucho: el guitarrista Dave Okumu, quien es un gran amigo suyo. “Lleva al instrumento a otro mundo, es una persona muy cálida con quien trabajar, le tiene mucho amor al sonido”. Y con Julian Bunetta, quien a raíz de su colaboración, también se convirtió en su amigo. “Tiene mucha experiencia trabajando con sonidos de una forma muy diferente a la mía, le llevé una idea muy complicada y él supo cómo bajarla”.
La música es como Orlando se comunica. En ella encuentra el sentido de vivir y del mundo y eso es lo que más le inspira para seguir componiendo. Con ello, quiere hacer canciones que unan a la gente, quiere hacer algo cálido y sobre el amor. “Si puedo pasar mucho tiempo de mi vida trabajando en compartir grandes experiencias con la gente, sería maravilloso”.
Actualmente y hasta finales de año estará de gira y le fascina. “Me encanta tocar, ver a la gente y sentir la energía. Es una gran sensación” y seguirá sacando música nueva. Él cree que es muy afortunado, puesto que viaja alrededor del mundo y va a cientos de fiestas. El pasado jueves 13 de septiembre vino por segunda ocasión a nuestro país y tocó en el Foro Normandie. Esperemos que no tarde en volver.