La sensación de incertidumbre total llega después de tener en tus sentidos un disco completo. La verdadera forma de emoción se desarrolla como si fuera un cubo rubik, que en lugar de tomar un solo color, se patrona en un feeling constante; con secuencias y ritmo único.
Camilo Séptimo entregó, después de varios meses, Óleos, su primer material de estudio del cual se fueron desprendiendo varias canciones a lo largo del 2016. Así dieron a entender que ellos y su industria se caracterizaban con mantenerse frescos, sin soltar palabras de más. Como menciono, varias canciones ya se habían desprendido como forma de sencillo, entre ellas «Eres», «Ser Humano», «Neón». Estas canciones demostraban que el potencial y ser lejos de una copia a otra banda, Camilo Séptimo era lo que la nueva oleada de música necesitaba.
La composición amor+odio+desilusión+decepción+ilusión caracterizan a Óleos, un disco que se desviste en su totalidad pues cada canción es una balada, un sentimiento y una forma de ver autentica, sin desvíos y que es realista. Las nuevas críticas los describen como la «onda Zoé«, donde varias bandas se han visto en la necesidad de querer sonar como esta banda. Puede que sí, puede que no, pero seamos realistas, Zoé ha sido un ejemplo para las nuevas generaciones, un pilar dentro de su inspiración y no creo que Camilo suene así.
La sutileza que tiene cada canción y la composición sonora es un viaje sencillo —y no literal—, que se hizo bien. Clara muestra es «Fusión». «Ser Humano», «Eres» y «Miénteme» hacen que no te sea aburrido el trayecto, que siga, que fluya; que bien suena. Debemos dejar de catalogar todo como «todo suena igual», pues no es fácil entregar algo tan bien detallado como estas piezas.
«Vicio» es la más melosa de aquí. Suena tremenda siempre y cuando tengas a ese amor que anda haciendo que vueles de amor. «Amanecer» es de las viejitas, y que esta vez le hicieron unos arreglos más sutiles y que te erizan la piel. Bien.
«No te puedo olvidar», «Onamuh» «Telepatía» llegan a darte una pequeña muestra de las letras y la genialidad en la mente creativa de cada miembro de la banda, pues sus neuronas se apoderaron de las buenas cosas. Demuestran por que el disco es ligero y digerible. En 2014 entregaron Maya, un EP que los llevó a presentarse en los mejores escenarios y festivales que hay en México. No, no suenan a ese EP, sino que entregaron su alma y apostaron por lo bueno.
«Neón» y «Óleos» son las últimas canciones que te hacen restaurar esa mente pixeleada. Tampoco estoy diciendo que sea un disco brutal y que sea el del año. Este disco es digno de escuchar, de cantar y sentir. La voz, los synths, el bajo, guitarra y batería congenian en un mismo plano y que en primera instancia descubre tu ser escondido, con miedo y energía.
Escúchalo y saca tus propias conclusiones: