Fotos: Carlos Sain y Rodrigo Guerrero
Si bien estamos acostumbrados a tener un montón de festivales dentro de la CDMX, debemos abrir nuestro panorama y acompañar ese abanico de posibilidades dentro de la capital mexicana. Para ello, se están montando buenas propuestas de festivales a lo largo de las calles de los diferentes estados que alberga México. Uno de ellos es Coordenada, que esta a más de 400 km de distancia de la CDMX. Eso suena a 6 horas en carretera y unas cuantas menos en avión. Pero que travesía pasas. Qué diversión.
Este 2018 el Festival Coordenada trajo propuestas acertadas y una que otra ya conocida, desde Miranda!, Heavysaurios, Panteón Rococó y Zoé. La logística bien, el lugar un poco caótico para llegar por el trafico que tiene GDL, el calor rikachu que hacía; los escenarios bien distribuidos y los tiempos de las bandas en su punto exacto. Cabe destacar que siempre habrá un error (que a veces no es del festival, si no de los ingenieros de audio de la banda), uno mínimo pero de ahí en fuera esta experiencia siempre es un buen sabor de boca.
Viernes y Sábado fueron los días destinados para que la tentación se envolviera en cometer barbaridades, salir de la rutina y sobresalir de la demás gente que no tenia ni idea de lo que estaba a punto de suceder dentro del Parque Trasloma. El día viernes tenía de todo, desde St. Vincent hasta el Instituto Mexicano del Sonido y lo mejor de ese día: Mi Banda el Mexicano.
Vayamos con la recapitulación de algunos actos del día uno…
VIERNES
La primera de las sorpresas se dejo ver en uno de los escenarios alternos: Marian Hill, una artista que se complementa con su voz y con los synths que se apoderan del ambiente. Esta guapa mujer suele entregar todo y vaya que fue así, por que en el momento en el que salió se entregó y demostró que el horario es lo de menos cuando sabes apoderarte de una tarima frente a muchos asistentes que se dan cita en llegar temprano.
Creo que esta de más el darles una introducción de lo que es Aterciopelados. Sería una falta enorme de respeto descifrar el código que esta banda nos entrega cada que pisa tierras mexicanas. Su sátira y su armonía se siente como un abrazo cálido, pues Echeverri y compañía se entregan a cada uno con sus éxitos y con las canciones que hacen cada año un hit la entrega de los colombianos.
Su nueva alineación hicieron que -más- que el morbo, el público se diera cita para ver a una de las bandas que poco a poco han ido en ascenso. Canciones de las placas viejas y con nuevos temas, Odisseo, demostró que el amor y el odio se pueden separar y que a veces se abrazan y eso, eso esta bien. Un publico entregado y que a cada segundo se entregó a la banda y viceversa.
Yo digo Baila, Tú dices Dance, esas palabras hacen referencia a una de las bandas que mezclan desde salsa, electrónica y un poco de sonido amigable. El Instituto Mexicano del Sonido llegó a uno de los escenarios principales para ponernos a bailar con sus ritmos tan ocupados en la sintonía de lo amigable. Uno que otro salió sudando de los brincos que solo Lara puede hacer en conjunto con su banda.
Bueno, empecemos por lo más predecible: una multitud enérgica que pedía a gritos a una de las bandas más emblemáticas de estos tiempos: Enjambre. Sí, nunca esta de más -volver- a ver a esta banda que lo hace bien, pero si bien lo que no los favoreció fue sus sonido, por que había ratos en los cuales no se escuchaba ni la voz de Luis, pero que el publico adoptaba y que se hacía un mismo canto.
Sin duda un poco de reggae nos cayó de maravilla en una tarde donde el sol no estaba, pero a pesar de ello el bochorno se sentía rico, se sentía a gusto y un poco de weed -inhalada indirectamente- nos dio uno de los shows más excéntricos y más padres del primer día de Coordenada. Era el momento exacto donde Johhny Clarke demostró que con buenos músicos y que con buenas pretensiones todo sale de maravilla.
Belleza, singularidad y buena ejecución se demostraron en el escenario principal de Coordenada para la presentación de la multitalentosa St. Vincent, donde los riffts, las guitarras de colores y la buena ejecución demostraron el por qué esta mujer se cataloga como lo mejor de los tiempos, pues la ha llevado a presentarse en los mejores festivales de todo el mundo. El público que llenó el escenario quedaba en otro contexto al ver el movimiento de sus manos en una simple guitarra.
Llegamos al anochecer del primer día, a ese punto donde ya te exiges como asistente. Para ello llegó Fobia, una banda que ya tiene más de -varios por no sacar cuentas- varios años en la industria y es claro el mensaje que hay: sabiduría en lo que haces. Una banda así no se debe tomar a la ligera y con solo sentir los brincos en el pavimento sabemos que es una bandota y que con sus mejores éxitos abarrotaron la noche.
Nadie esperaba que esta banda fuera a dejarnos con ganas de más. The Magic Numbers entregaron su música a manos llenas al público que se dio cita en uno de los escenarios alternos a los principales. Sin duda una de las grandes sorpresas y como uno de los mejores shows que hubo en la noche que se sentía un calor rico pero nada que una cerveza no diera satisfacción por lo que estaba sucediendo en ese momento.
Ya sabemos lo que va a pasar. Un León Larregui y compañía llamados Zoé. Aprovechando este espacio, puedo decir que he visto varias veces a esta banda de la Ciudad, y que cada show es diferente, ya sea por el tono de voz de León, por la energía con la que salen a cantar, con el momento, no se, puede varias el fenómeno pero si puedo decir que este show en el escenario secundario dejo con ganas de más, bueno, al menos a mí, pues sí, fue un show muy preciso donde reafirmo lo sucedido: Zoé es -sin titubear- una de las mejores bandas de Latinoamérica.
La cereza de la noche: Miranda! Su show fue lo mejor de esa noche, pues el sonido era impecable, la banda incluyente y sobre todo unos cantantes que sorprenden, pues interactúan, bailan, brincan, enseñan de más y eso, eso señores deja mucho impacto en la visión y mente del espectador. Sin duda el mejor show que hubo en la noche.
Que buen baile hicieron Mi Banda el Mexicano. Sorpresa que todo mundo estuviese bailando, cantando al unísono, y llegando al final del día para ver a una agrupación súper emblemática. Las ya conocidas y aquellas piporras que rasparon el suelo mientras bailabas, fue como Mi Banda el Mexicano cerró con broche de oro el primero de dos días de este Coordenada 2018.
Ahora vayamos con algunos de los shows que hubo en el segundo y último día de este festival.
SÁBADO
Metal y más metal. Jet Jaguar llegó a Coordenada para dar -un poco tarde- inicio a ñas actividades dentro del segundo día de este festival que se propagaba de buenas predicciones, pues el talento que estaba por presentarse estaba igual o de mayor calidad que lo que estos chicos estaban tocando. Una buena dosis de brincos y moshpit hicieron que esta banda de heavy metal calentara motores.
Años de experiencia hicieron que el segundo escenario se llenara en cuestión de minutos previo a la presentación de Jumbo. Directamente desde Monterrey llegaron para hacernos cantar con sus clásicos que ya son parte del soundtrack de la vida de cualquiera que haya crecido con su música. Por ratos salía el sol y por ratos sentíamos que la lluvia se iba a hacer presente, pero eso era lo que menos importaba.
Directamente desde Argentina, llegó Él Mató a un Policía Motorizado, una banda que ha crecido a grandes pasos. He de decir que esta banda en grabación de disco es sumamente buena, pero en directo no muestran esa esencia, pero no por eso los desacredito porqué por algo están donde están pero si les hace falta mucha presencia en una tarima. Pero de ahí en fuera todo muy bien.
¿Cuándo el metal se volvió tan divertido? No podía dejar de bailar, brincar y de sorprenderme por lo buena que es esta banda. Sí, su música va directamente para niños -y unos no tanto- que detonaron una muestra de brincos y de potencial que solo una banda ¿con disfraces? ¿puede dar? que no te sorprenda, pues aún así con todo y el disfraz pueden tocar, cantar y moverse ¿apoco no suena bien?
Rap y más rap, que bien se presenció este show. Kase O demostró que no necesitas de muchas cosas para romperle la madre a cuanto se atraviese. El escenario principal se vestía de manos en el aire, de rimas potenciales y de sabiduría lírica dentro de la voz de este rapero y productor español. Con gargantas secas, Javier Ibarra Ramos nos dejo estrellados en la atmósfera sonora de Coordenada.
El Poeta Halley aterrizó de nuevo en Guadalajara. Esta banda catalana llenó el momento, lo alimentó y lo arrulló a su modo. Love of Lesbian es una banda que después de 20 años es severamente reconocida por más y más gente. Santi Balmes y compañía dieron un recorrido por todos sus discos que los acompañan y fue así como el escenario principal se llenó de universo y de atmósferas en un primer plano mientras la lluvia empezaba a hacer de las suyas.
A ver, aver, esto puede que nos interese, puede que algunos les de un igual. Casablancas llegó con su proyecto alterno The Voidz y un poco de distancia a lo que suele a hacer con su banda principal. Si bien puede ser el mame de ver a este titán en acción, The Voidz nunca me han demostrado ser algo más, nunca me han dado ese «algo» para decir: si, ahuevo, The Voidz rifaron, no, pero pues que se le hace, fue algo que era esperado pero no de lo mejor del festival.
Lluvia, ska, un escenario repleto y Panteón Rococó. Una buena formula para hacer de la noche lluviosa algo especial. El slam se hizo ver a lo lejos, de cerca, a un lado y al otro, involuntariamente tenías que bailar para no ser arrastrado por los empujones y las canciones que sonaban más que la misma voz que Dr. Shenka. Que buen show y que rimas de guitarras tan reflejadas que nos dejaron más que jodidos.
Que chico les quedó el escenario a Django Django. Su show fue después de la lluvia y el calor aumentaba cada vez más, bailes, riffts, synths, también de lo mejor del festival y un escenario que estaba bien fermentado con el sudor de cada uno de los integrantes. Su publico muy entregado y alguno que no sabían quienes eran quedaron más que satisfechos pues después de salir pedían una y otra vez a esta banda que nos hizo bailar a cada segundo.
Los shows de Residente se ven plagados de protesta, de unión, de igualdad y de realidad cruda que azota cada estado, cada país y a cada persona que habita este mundo. Uniendo mitades, uniendo almas, y eso es toda una fantasía hecha realidad. La singularidad de ello es ese plus que deja a todos en un plano de color secuencial de la vida misma. Residente, gracias por darnos lecciones y a veces cachetadas con guante blanco.
Sin calcular, el horizonte se plagó de alegría de y de perfecciones que se vistieron de música especial, pues Bunbury llegó para armonizar un caoz que a veces se tiñe de buen genio en el pensar de sus fans. Todo un misterio y a su vez una luz que es tu amiga. Apalancando esto, sus éxitos y música nueva se abrazó cuando creíamos que todos estábamos separados. El aragonés errante llegó al barrio para darnos un imperio revolucionario.
Punk rock y un frío secuencial en manos de The Offspring llegaron casi a la recta final del Coordenada. Esta banda armo un buen moshpit, y un publico entregado que daba muchas escuelas diferentes. Si bien pudo haber sido uno de los mejores shows, la gente ya se veía un poco cansado por todo lo sucedido en dos días. Sí, un muy buen show que me dejo con ganas de verlos de nuevo, pero esta vez con mas energía.
La cereza del pastel, el himno del estado, el pozole de las fiestas patrias. Cypress Hill fue la banda encargada de cerrar con bronche de oro las actividades de los cuatro escenarios de esta edición del Coordenada. Rimas, beats, un spanglish único que hace de esta banda algo único. Todo el escenario lleno, no cabía gente, pues hasta en las orillas había gente queriendo ver este show que nos dio y que se multiplico en nuestro sentido del gusto.
Este festival se ha puesto en el radar como uno de los mejores, la logística impecable, los horarios a tiempo, las bandas lo saben hacer bien y alguno que otro error que no interfiere en su totalidad en las presentaciones. Festival Coordenada nos ha demostrado que cinco ediciones se dicen fácil pero la entrega es lo que más nos deja en ello. Bien por un festival que se arriesga y que nos deja con ganas de más ediciones.